Josep Lluís Carod-Rovira aplicó ayer la lógica militar que aconseja retirarse cuando la victoria ya no es posible. El dirigente republicano anunció de forma inesperada que abandona la batalla por la candidatura a la presidencia de la Generalitat y cede la plaza al presidente del partido: "Avalo a Joan Puigcercós como próximo candidato de Esquerra. Joan, es tu hora, aprovéchala".

Sus palabras motivaron aplausos prolongados. Políticamente hablando, Carod muere para seguir viviendo. Porque, tras anunciar que deja paso libre al que ha sido su gran rival político en Esquerra, tardó pocos segundos en subrayar que no se va: "Te quiero acompañar en la primera línea del combate político". Una condición clave para la resolución del conflicto entre ambos.

Carod, líder de ERC desde 1996 hasta el congreso de junio pasado, seguirá en primera línea. No dejó lugar a dudas: "Tocaba un gesto de responsabilidad personal y de patriotismo, de partido y de país". "No hay vencedores ni vencidos, gana Esquerra", proclamó. Afirmó que el "tándem" que forma con Puigcercós no se rompe y que el "acuerdo" al que han llegado es "una buena noticia para el partido y para el Govern ".

El vicepresidente del Govern quiso defender con especial rotundidad que el suyo es y puede ser un partido estable, de gobierno. Como lo fue, subrayó, en la segunda república. Y lamentó irónico que quienes esperaban que las tensiones republicanas afectaran al Ejecutivo de José Montilla tienen ahora menos motivos de esperanza: "Lo siento mucho por nuestros adversarios". Se refería a los externos, pero no se olvidó de los internos: "Lo siento por algunos. No me voy. Me quedo en primera línea". Citó las palabras de Antoni Rovira i Virgili al emprender el exilio --"No renuncio, no deserto ..."-- y dio por concluida su intervención. El y Puigcercós se saludaron. Sin excesiva calidez. Antes de comenzar su conferencia, y al final, Puigcercós agradeció varias veces el gesto de Carod y, como había hecho este, destacó que en el fondo siempre han estado de acuerdo.