Zapatero y Schröder hicieron ayer toda una exhibición de buen rollo para demostrar cómo han mejorado los lazos bilaterales tras la marcha de José María Aznar del poder. "Nunca han conocido las relaciones un momento mejor", proclamó el canciller alemán, que no ahorró elogios a su anfitrión. Afirmó que su "querido amigo" Zapatero "convence por su franqueza y por su disposición al diálogo" y lo exaltó por haber "redefinido el papel de España en Europa".

El líder español tampoco se quedó atrás y calificó de "irrepetible" el momento de las relaciones. En contra de la posición de Aznar, Zapatero defendió la flexibilización del pacto de estabilidad de la UE, que Alemania tiene dificultades para cumplir. La rigidez del pacto "hoy puede afectar a Alemania; mañana a otro país", alegó, para satisfacción de Schröder.

Zapatero obsequió a su huésped con aceite y jamón. Después lo guió por el centro histórico de León, ciudad donde vivió el presidente: visitaron la catedral y estuvieron media hora en un bar del barrio Húmedo, en compañía del intérprete y de los ministros de Exteriores e Interior.