Los cuatro miembros de una familia marroquí (padre, madre y sus dos hijos) fueron detenidos ayer en Leganés (Madrid) por presunta relación con los atentados del 11-M. Al menos dos líneas de investigación de las múltiples desarrolladas a raíz de aquellos atentados han conducido a la detención de Allal Musaten, Safia Belhadhj y sus hijos Barahim y Mohamed Musaten.

La policía les acusa en primer lugar de haber ayudado a escapar a dos de los autores del 11-M tras la explosión del piso de Leganés en la que se inmolaron otros siete miembros del comando. Se trataría de Mohamed Afalah y Abdelmajid Buchar.

LA PISTA BELGA Pero las acusaciones contra la familia marroquí van más allá de la mera colaboración que implicaría esa presunta ayuda a los huidos. Tras los atentados se sucedieron una cadena de operaciones policiales en otros países, Francia y Bélgica, por ejemplo.

En ese último país se llevó a cabo ayer una redada en la que cayó Mustafa Luani, considerado el lugarteniente del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) en Europa. Junto a él fueron arrestados Yusef y Mimun Belhadj, de los que después se ha descubierto con el tiempo que mantienen una estrecha relación con la familia marroquí de Leganés detenida ayer.

La importancia de esa relación radica en que Yusef Belhadj puede que tenga una segunda identidad: Abu Dujanah. Ese es el nombre del supuesto portavoz de Al Qaeda que reivindicó los atentados del 11-M en un vídeo.

A la vista de esas pesquisas, la justicia española cursó la orden internacional de detención en contra de Belhadj, que ayer se hizo efectiva, para después poder reclamar su extradición a España.

Es por ese conjunto de conexiones, en definitiva, que la policía sostiene que, en último término, el matrimonio y los hermanos detenidos ayer son en realidad miembros activos del GICM en España.