Igor Portu y Mattin Sarasola, dos vecinos de Lesaka (Navarra), simpatizantes de la izquierda aberzale pero con una vida y un trabajo aparentemente normales, fueron los que volaron uno de los aparcamientos de la T-4, acabando con la vida de Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, desveló ayer que ambos, detenidos el pasado domingo en Arrasate (Guipúzcoa), formaban parte del "comando especial" de ETA, el que ha cometido las acciones "más significativas" en el último año. De hecho, planeaban otro gran golpe en Madrid, concretamente en los bajos de Azca, una zona financiera y comercial en la que se sitúa, entre otras, la Torre Picasso.

Junto con Mikel San Sebastián y Joseba Iturbide, los otros integrantes del comando y que huyeron tras la operación policial, ideaban colocar un coche bomba en uno de los aparcamientos de esta zona tan concurrida, aunque todavía no habían decidido cuándo. Dos de ellos incluso ya se habían desplazado a Madrid en busca de datos concretos. Rubalcaba no ofreció información al respecto, según fuentes de Interior, porque la Guardia Civil le pidió que no desvelase objetivos de los etarras.

La célula comenzó a actuar en el 2001, cuando José Antonio Arinabar captó a Sarasola. El primero, lugarteniente de Garikoitz Aspiazu Txeroki, cayó en julio al intentar introducir un coche bomba. Sarasola, que ha sido el que contado con "pelos y señales" las acciones en las que ha participado, fue el encargado de captar al resto entre sus amigos. El comando comenzó a actuar en el 2002, ayudando a otros etarras a cruzar la frontera. A partir del 2004 empezaron a distribuir armas y explosivos.

ACCIONES Ya en el 2005 cometieron su primera acción contra una discoteca en Santesteban (Navarra). Después, Sarasola e Iturbide fueron dos de los encapuchados que escenificaron las dificultades de la tregua al leer un comunicado de la banda en un mitin mientras disparaban al aire. En el atentado de la T-4, además de los detenidos, participó San Sebastián. Su último atentado tuvo lugar en Castellón, donde, al creerse descubiertos, abandonaron un coche con una bomba similar a la de la T-4.

Uno de los aspectos que llaman más la atención es que el comando estuviera formado solo por legales, es decir, personas no fichadas y con una vida normal. De hecho, en el entorno de Portu, simpatizante de Batasuna, ha sorprendido su implicación, informa A. Ubarretxena.