El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran, ofreció ayer la cara más amable del nacionalismo, la que apuesta por el diálogo y un espíritu constructivo, es decir, la que se aleja de las aventuras soberanistas que provocan más que recelos en Madrid. A pesar de que CiU no dará su apoyo a la investidura de José Luis Rodríguez Zapatero y previsiblemente optará por la abstención, el tono de Duran, agradecido y correspondido por el presidente en funciones, obtuvo tantas buenas palabras como pocos compromisos nuevos. Solo la publicación de las balanzas fiscales, tal y como ya anunció el ministro de Economía, Pedro Solbes, antes de la campaña electoral, y una vaga disposición a no cerrar la puerta a estudiar la viabilidad del trasvase del Ródano.

Y es que Zapatero, fiel a su intención de no buscar un pacto estable de legislatura --al menos, no ahora-- consiguió que los diputados de CiU saliesen exultantes del hemiciclo sin que esta alegría pudiese dar motivos de celos en los despachos del tripartito catalán. Todo un ejercicio de malabarismo parlamentario.

LAS PETICIONES Después de reprocharle un excesivo optimismo, Duran reclamó al candidato a la reelección medidas para hacer frente a la actual coyuntura económica. Entre ellas, estimular el ahorro a través de la supresión del impuesto sobre el patrimonio y la reducción del de sociedades. En este último caso, Zapatero remarcó que no está por la labor porque en su momento ya se acometió una reforma.

En cambio, el presidente en funciones sí asumió una antigua petición de CiU: la publicación de las balanzas fiscales. Se comprometió a que se darán a conocer en un plazo de dos meses.

Duran reconoció que Cataluña ha votado "masivamente" a Zapatero, pero advirtió que este apoyo es fruto del "voto contra el PP". Un análisis que Zapatero no comparte porque entiende que los electores votan con "espíritu constructivo", aunque, en un gesto poco habitual tras el 9-M, dio las gracias a "la sociedad catalana" por su respaldo.

El portavoz de CiU advirtió al presidente del peligro de desafección. "En Cataluña se escuchan cada vez más voces que demandan dejar de lado el proyecto de España", avisó Duran, que para dejar clara su posición añadió que "no queremos que acabe fraguándose esa idea". Para evitar que las posiciones rupturistas sigan avanzando, el líder de Unió apeló a la responsabilidad del presidente.