El gobierno de Estados Unidos ha incluido a Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna en la lista de organizaciones terroristas de este país, por considerar que forman parte de ETA. La decisión fue tomada el pasado 30 de abril por el secretario de Estado, Colin Powell, pero trascendió ayer, en circunstancias confusas, coincidiendo con la llegada de José María Aznar a Washington y a 48 horas de la apertura de la campaña para las elecciones autonómicas y municipales en España.

El presidente de Estados Unidos, George Bush, que ayer recibió a Aznar en la Casa Blanca, recompensó con este gesto el apoyo incondicional que el líder español le ha brindado a lo largo de la crisis iraquí contra la voluntad de la mayoría de los españoles.

"Esta es la primera de las consecuencias de las relaciones de España y Estados Unidos", proclamó el jefe del ejecutivo a los periodistas que le acompañaban en su avión procedente de Nueva York, poco antes de aterrizar en la capital estadounidense.

LOS ALIAS DE ETA

La ilegalización de Batasuna, publicada ayer en el registro federal norteamericano, establece que "ETA ha utilizado como alias los nombres de Batasuna, Euskal Herritarrok y Herri Batasuna". Según la normativa que ha permitido su proscripción, las formaciones constituyen "una amenaza para la seguridad nacional, la economía y la política exterior de Estados Unidos".

En rueda de prensa en Washington antes de su encuentro con Bush, Aznar no ocultó su satisfacción por la ilegalización de Batasuna en Estados Unidos, que atribuyó a una iniciativa personal suya y a la implicación directa del propio Bush.

Convencido del impacto del problema terrorista en España, el jefe del ejecutivo quiso mostrar los beneficios de su apuesta pronorteamericana, que le ha granjeado un amplio rechazo social. Dijo que la colaboración de Bush "a veces tan criticado", había sido "fundamental" para la ilegalización de Batasuna. Y confió en que "los ciudadanos entienden que hay esfuerzos, decisiones y viajes que merecen la pena", en alusión a su apoyo a Washington.

Las circunstancias en que trascendió la noticia resultaron un tanto confusas. Aznar aseguró que se había enterado "10 minutos antes" de abordar en Nueva York el avión de la Fuerza Aérea española. Dijo que se la comunicó su embajador en Washington, Javier Rupérez, después de que éste fuera informado por el Departamento de Estado.

El lunes pasado, la víspera del viaje del presidente a Estados Unidos, los asesores de la Moncloa también se mostraron desconocedores de la decisión. Aseguraron a los periodistas que la ilegalización de Batasuna, solicitada en marzo después de que el Supremo proscribiera la formación, tomaría aún algún tiempo por exigencias de procedimiento.

DOS POSIBILIDADES

Lo sorprendente es que Powell, que estuvo en Madrid el primero de mayo --un día después de aprobar la ilegalización--, no se lo hubiera comunicado a Aznar o a la ministra de Exteriores, Ana Palacio. Por tanto caben dos posibilidades: o bien Bush había ocultado la noticia a Aznar para darle hoy una sorpresa, o bien todas las partes lo sabían y acordaron que el anuncio se escenificara durante el viaje del presidente.

Mientras, en Madrid, el ministro del Interior, Angel Acebes, auguró ayer dificultades para incluir a Batasuna en la lista de organizaciones terroristas de la UE. Acebes atribuyó las dificultades a que la ilegalización de Batasuna no es definitiva --está pendiente del fallo del Constitucional-- y al procedimiento más lento y garantista de los órganos europeos.

EEUU podría invitar a la coalición internacional contra el terrorismo, en la que figuran, además de España, Australia, Canadá y Reino Unido, a adoptar la misma medida contra Batasuna, según informaron a Europa Press fuentes del Ejecutivo.