El viernes, la seguridad de la embajada en Irak era "suficiente", pues se había reforzado antes del asesinato del espía Bernal, según declaró el ministro Zaplana. El sábado, Exteriores negó que se hubiera enviado a más geos a Bagdad, pero culpó a Interior. Y ahora éste replica que el jefe de la embajada rehusó contar con más agentes. Demasiado guirigay, demasiados ministerios empeñados en escurrir el bulto como para creer que se tomaron las exigibles precauciones.