ETA quiso recibir ayer al nuevo Gobierno español poniendo nuevas víctimas sobre la mesa, pero un fallo en el sistema de las bombas trampa instaladas en Lapoblación (Navarra) evitaron desgracias personales y apenas provocaron daños materiales.

El atentado, que confirma el desafío de la banda a José Luis Rodríguez Zapatero, reprodujo el modelo empleado el pasado 23 de febrero en Bilbao y que también se saldó sin víctimas, aunque el objetivo claro en ambos casos son las fuerzas de seguridad. La alerta estaba dada y se confirmó ayer cuando un montañero alertó sobre las once de la mañana de que acababa de escuchar una explosión en la zona de las instalaciones de telefonía situadas entre los pequeños municipios navarros de Lapoblación y Meano, muy cerca del límite entre Navarra y Alava.

Efectivos de la Guardia Civil acordonaron las inmediaciones del repetidor que alberga cuatro antenas con las que se da servicio a los bomberos, a la autopista vasco-navarra y a dos medios de comunicación públicos, Radio Nacional de España y el segundo canal (que emite en español) de la televisión autonómica vasca, ETB. La delegación de Gobierno en Navarra informó de que los agentes descubrieron un segundo artefacto sin estallar y lograron neutralizarlo.

En principio, por el análisis del temporizador, esta bomba debería haber explotado primero y la segunda, que contenía metralla y, al parecer, amonal y que estaba instalada a la altura de la cabeza de una persona de talla media, detonaría mientras los agentes desarrollaban las pesquisas sobre el terreno. La instalación tiene muy fácil acceso y los terroristas habían dejado dos carteles en la zona. En uno de ellos se leía "Peligro bomba ETA" y otro, señalaba en euskera ez ikutu (no tocar).

NUEVO GRUPO El Ministerio de Interior había reconocido que el proceso de investidura del presidente del Gobierno, con la consiguiente expectación internacional que comportaría, podía ser aprovechada por la organización terrorista para crear nuevos momentos de tensión política y publicitar que mantiene su reto al nuevo Ejecutivo, tal y como anunciaba en el último comunicado del pasado 7 de abril. De hecho, el domingo pasado, ETA actuó contra el repetidor situado en el monte Izarraitz, de Azkoitia (Guipúzcoa).