El etarra Andoni Otegi, juzgado por colocar un coche bomba en Marbella (Málaga) en el 2002, pidió ayer en la Audiencia Nacional que "se pongan facilidades" para superar el conflicto vasco y "terminar con la negación y el sufrimiento de todos estos años". Esta es la primera referencia que realiza un miembro de la banda armada tras los comunicados de ETA en los que anunció "el cese de sus acciones ofensivas".

Otegi es un etarra de segunda fila que fue condenado en Francia a ocho años de prisión por asociación de malhechores con fines terroristas. Este terrorista estaba integrado, junto a Oscar Zelarain, en el comando Argala. Ambos fueron juzgados ayer en la Audiencia Nacional y la fiscal reclamó contra ellos una pena de 20 años de prisión.

Los acusados se negaron a contestar a las preguntas del ministerio público y su abogado no formuló ningún tipo de alegato por expreso deseo de sus clientes. Sin embargo, Otegi aprovechó el inicio del juicio para realizar su proclama, que fue interrumpida por el presidente del tribunal, Fernando García Nicolás. "En un proceso judicial las manifestaciones parapolíticas no tienen cabida", le espetó el magistrado. Por su parte, Zelaraín negó "credibilidad al tribunal" que los juzgaba.

UN MANUSCRITO La fiscalía pidió a los jueces que condenaran a los imputados después de que la policía localizase un documento manuscrito por Otegi en el domicilio del dirigente de ETA Juan Fernández de Iradi, Susper, tras su detención en Francia. En este escrito, Otegi explicó los pormenores de este atentado que no provocó daños personales pero que sí afectó a 29 vehículos y 80 inmuebles tras el aviso que realizó la banda criminal media hora antes de que estallara el explosivo.

Los etarras introdujeron en el vehículo, robado en Francia unos días antes, 40 o 50 kilos de un alto explosivo con un artefacto de iniciación eléctrica y activación temporizada.