El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, recibió ayer en Santiago de Compostela al número dos del Gobierno cubano, Raúl Castro, al que llamó "viejo amigo" y al que no le dijo nada sobre la democracia en Cuba o los presos políticos, tal y como esperaban altos cargos del PP. "Tan sólo le he pedido que se interesase por la situación de un matrimonio gallego, con uno de sus miembros en la cárcel", explicó.

Raúl Castro, que también trató de "amigo" a Fraga, dijo que trasladaría esa petición al Consejo de Estado para que decida, pero negó que haya presos políticos en Cuba. Son "mercenarios que cobran un salario del Gobierno americano", aseguró.

La razón de la presencia del hermano de Fidel en Galicia es una visita al "terriño" donde nació en 1875 el padre de los Castro, una aldea de 3.200 habitantes en Láncara (Lugo), que conoció el pasado jueves. "Les habla un medio gallego o gallego entero por sus sentimientos que vino a saludar a su amigo medio cubano", afirmó Raúl Castro al recordar que Fraga es hijo de emigrantes en Cuba y que vivió en la localidad de Manatí.

La visita de la delegación cubana, en la que también figuran el ministro de Asuntos Exteriores, Felipe Pérez Roque, y el embajador en España, Alberto Velazco, no estuvo exenta de críticas, sobre todo de un grupo de cubanos opositores que se concentraron frente al Gobierno gallego para protestar porque "un asesino como Raúl Castro, responsable de más de 12.000 fusilamientos, pasee impunemente por las calles de un país democrático".

CRITICAS Pese a las críticas del PP, Fraga siempre tuvo claro que iba a recibir a la delegación cubana, agradecido por el trato recibido en sus viajes a la isla, el último de ellos en noviembre de 1998. Además, señaló que el régimen de Castro "ha sacado a muchos gallegos de prisión".

"Yo tengo la obligación de ocuparme de ellos", dijo en referencia a la colonia de gallegos que reside en Cuba, que se eleva a 7.361 personas.