El Gobierno considera que el PP debería hacer un esfuerzo y asumir "su responsabilidad como oposición" para negociar la renovación del Tribunal Constitucional y el Consejo del Poder Judicial, cuestiones pendientes que se enmarcan en la reforma de la Administración de Justicia.

Aunque esté inmerso en una situación de crisis por la debilidad de Mariano Rajoy --una buena excusa o un argumento sólido, aparentemente, para justificar que no haya avances--, el Gobierno emplazó ayer al PP a "resolver cuanto antes sus problemas y definir su programa, propuestas y líderes". Así se expresó la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, insistiendo en que a la oposición le corresponde un papel claro, definido en la Constitución, para controlar e impulsar al Gobierno.

SIN DESGASTE Pero la coyuntura del PP beneficia al Gobierno, que no sufre apenas desgaste, aunque el precio sea una cierta parálisis del Ejecutivo. Fernández de la Vega precisó, al inicio de la legislatura, que la renovación del Tribunal Constitucional y del Consejo del Poder Judicial era urgente. Los portavoces del PSOE y del PP en el Congreso siguen trabajando, mantienen sus contactos, pero no se están produciendo avances.

La muerte del magistrado del Constitucional Roberto García- Calvo debería acelerar la renovación, con la sentencia sobre el Estatut aún pendiente. De la Vega aseguró que Zapatero desea entrevistarse con Rajoy, pero todavía no hay fecha para ello.