El anunciado rechazo del Congreso al plan Ibarretxe no va a suponer el final de la iniciativa. Tanto el PNV como EA se proponen remitir la propuesta de nuevo Estatuto al Parlamento vasco en la próxima legislatura --bajo el supuesto de que volverán a ganar las elecciones previstas para mayo-- y abrir así otro debate en el que sea posible propiciar un nuevo consenso, sobre todo con los socialistas.

Esa decisión obligaría a demorar la celebración de la consulta a los ciudadanos que el lendakari prometió convocar en un plazo máximo de seis meses desde que fuera abordado por las Cortes españolas.

ELEMENTOS DE LA CAMPAÑA Un portavoz de la presidencia del Gobierno vasco confirmó a este diario que en "ningún caso" la consulta popular se celebraría antes de los comicios autonómicos, aunque el Congreso rechace el proyecto remitido desde la Cámara vasca. Fuentes del PNV y de Eusko Alkartasuna admiten que enviar otra vez el plan al Parlamento vasco abre un calendario con nuevos plazos. "Nadie se va a echar al monte", resumen fuentes nacionalistas sobre los próximos pasos del lendakari. De momento, consideran que "el portazo" del PP y del PSOE, definido por Ibarretxe como "barbaridad democrática" y "desaire político enorme a la sociedad vasca", será un elemento clave en la campaña electoral.

La coalición PNV-EA pedirá a los votantes una mayoría absoluta para defender con "comodidad" el proyecto en la próxima legislatura vasca.

NEGOCIACION MAS VIABLE Convencidos de que Ibarretxe continuará al frente del Ejecutivo, los nacionalistas apuntan que mantendrá "a toda costa" su política de diálogo. Y estiman que, una vez pasadas las elecciones, resultará más viable la negociación si el proceso comienza de nuevo en la Cámara vasca. De hecho, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reprochó al lendakari en su entrevista en la Moncloa que el plan no tuviera un consenso más amplio en el Parlamento de Vitoria.

Aunque enfadados con el "bloqueo" de PP y PSE a sus demandas, fuentes del Gobierno vasco admiten la posibilidad de dar "otra oportunidad" al diálogo. Suponen, además, que la posición de los socialistas vascos será más propicia después de la cita electoral. El debate, auguran, podría prolongarse un año y la nueva propuesta que surgiera de la Cámara se trasladaría de nuevo al Congreso. Tanto el PNV como EA han soslayado poner fecha concreta al referendo prometido por el lendakari, quien, a pesar de admitir que no tendría efectos jurídicos puesto que no tiene potestad constitucional para convocarlo, defiende su "valor político" y equipara la consulta a la celebrada en Gibraltar. El compromiso de Ibarretxe de que la consulta se hará "en ausencia de violencia" también condiciona su celebración.

Mientras, el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, echó ayer un capote al PNV al advertir al PSOE de que "sería un gravísimo error" tratar de "debilitar al PNV" para "sacarlo del Gobierno" vasco, e incluso de "marginar su protagonismo en un futuro proceso de paz" y sustituyéndolo por Batasuna.