El Gobierno considera que no hay alternativas a sus políticas para hacer frente a la crisis. Ni por parte del principal partido de la oposición --el PP--, al que acusa de ser "el único partido en el mundo" que defiende recortes en el gasto público, ni tampoco por parte de la izquierda, a la que ve poco realista.

El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero expuso ayer esos principios al coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara, en la que fue su primera entrevista en la Moncloa. La conclusión fue clara. En un momento de especial dificultad para el PSOE, que no cuenta con apoyos estables dentro del Congreso, Lara le comunicó que no le ofrecerá ningún "acuerdo global", si no se propone una "salida de izquierdas" a la crisis.

Eso sí, Lara compartió el diagnóstico de Zapatero sobre la falta de alternativa que, a juicio de los dos, supone el PP. Y le ofreció el apoyo al PSOE en "cuestiones concretas" en el marco del área social y de la defensa y extensión de derechos.

Sin embargo, la importancia de la coalición que lidera Cayo Lara, que no es diputado en el Congreso, va mucho más allá de su único representante, Gaspar Llamazares. Supone una referencia para los colectivos sociales a la izquierda del PSOE y representa, en definitiva, a un millón de votos en las últimas elecciones generales.

CREDITOS DEL ICO Lara se lo hizo ver claramente a Zapatero, al reclamarle que estudie con mucho detalle el plan de empleo que ha elaborado Izquierda Unida y que prevé la creación de un total de 1.900.000 puestos de trabajo en tres años con una inversión de 61.000 millones de euros.

Pero Lara se encontró con la negativa por parte del jefe del Ejecutivo, quien consideró suficientes, por el momento, las políticas que se han impulsado hasta ahora, como la última anunciada, los 3.000 millones de euros que concederá el ICO a los municipios para que puedan pagar sus deudas.