Qué pasó el jueves día 16 para que 92 diputados --22 de ellos del PP-- no acudieran a votar una ley orgánica, reforma de la ley de enjuiciamiento criminal, por la que el Gobierno había apostado fuerte? Desde todos los grupos parlamentarios sin excepción se parte de dos premisas: el último trimestre del año y último de la legislatura, la Cámara está sobrecargada de trabajo y eso coincide con el hecho de que los diputados que no son de Madrid se escapan corriendo del pleno para volver a sus hogares.

El Gobierno ha presentado tal volumen de proyectos para que queden aprobados antes de la disolución de las Cortes previa a la convocatoria de nuevas elecciones que se amontonan los debates y se alargan las sesiones. El PP ya lo advirtió a comienzos de septiembre ante las tímidas protestas de la oposición. "Si es necesario los plenos durarán hasta la madrugada", dijo el portavoz adjunto del Grupo Popular Ignacio Gil Lázaro.

CON LA MALETA A CUESTAS

Desde septiembre se ha incrementado el trajín de diputados que andan por el palacio de la Carrera de San Jerónimo a las nueve de la mañana de los jueves con la maleta a cuestas, dispuestos a salir disparados hacia sus ciudades. Les han cambiado la rutina, y los plenos que antes acababan a las once de la mañana o al mediodía ahora terminan a última hora de la tarde.

Muchos diputados no aguardan hasta el final y las estadísticas sobre los escaños vacíos se han disparado. En el primer pleno posterior a las vacaciones, el del 11 de septiembre, faltaron 116 de los 350 diputados que componen el Congreso. Terminó a las 16.55 de la tarde. El 25 de ese mismo mes el pleno finalizó a la 20.05 y faltaron 89 diputados. El 2 de octubre se ausentaron 111, aunque eran las 16.15 de la tarde. Y el día 16, las 92 ausencias subieron a 110 en la última votación del pleno, a las 19.50.

Los que se ausentan se excusan afirmando que si no se van a media tarde deben quedarse a dormir en Madrid una noche más, lo que incrementa sus "ajustados" gastos.

Los diputados acuden a Madrid los lunes por la noche o los martes por la mañana. En los plenos sólo votan el martes por la tarde y la noche, y los jueves durante todo el día si es preciso. De modo que lo habitual es que los que no son de Madrid duerman fuera de sus casas sólo el martes y el miércoles.

Los diputados de fuera de Madrid ganan los 2.671,16 euros (444.443 pesetas) al mes como "asignación constitucional" más un plus de 1.558,22 euros (259,265 pesetas) de "indemnización por el ejercicio de la función" para compensar sus gastos de estancia en la capital.

LA PERNOCTA

El Hotel Inglés, en el que pernoctaba José Luis Rodríguez Zapatero cuando viajaba desde León y al que ahora acuden numerosos diputados del PSOE e IU, representa con sus 50 euros (8.319 pesetas) lo que gasta un diputado de media, aunque otros acuden a pensiones algo más baratas, alquilan pisos en grupo e incluso los compran como inversión al tiempo que los habitan siendo parlamentarios.

Los diputados que se ausentaron el jueves pasado insisten, no obstante, en que fue el Gobierno el que metió la pata. No tuvo en cuenta que las ausencias son habituales y no comunicó a los grupos que iban a apoyar la ley que necesitaba el mayor número de votos que le pudieran prestar. De habérseles informado de que eran imprescindibles, se hubieran quedado a votar. Así lo explicaron Carles Campuzano, de CiU, que estaba dando una conferencia sobre inmigración y Margarita Uría, del PNV.

Uría intervino para defender la ley y se fue sin votarla porque tenía familiares enfermos. "El Gobierno está obligado a saber lo que se trae entre manos", afirma la diputada del PNV. "En este caso ha sido una dejación suya al actuar con cierta frivolidad. Nadie nos dijo que faltaban votos y creo que actuan así imbuidos como están de cierta superioridad y piensan que los demás no cuentan. Que cada palo aguante su vela", comenta.

EL PP SE JUSTIFICA

Gabriel Cisneros, responsable del control de los votos del PP, reconoce que sus diputados y los de sus aliados se despistaron. "Es la pérdida de la tensión al final de la legislatura, a la que se suma la duración desmesurada de los plenos del jueves", se justifica. Lo cierto es que nadie llamó a los ministros para cubrir huecos, como otras veces.

A esto se añade la campaña en Madrid y la precampaña en Cataluña. La segunda afectó, entre otros, a Josep Piqué. El exministro de Ciencia y Tecnología no ha pisado el Congreso desde que el 7 de septiembre fue designado candidato.