El sincero suspiro con el que puso punto final a su comparecencia dio a entender claramente que había pasado un mal trago. El lendakari Patxi López trató de poner ayer la mejor cara posible ante una situación complicada como la que se le crea al Gobierno vasco a la vista de que el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero ha abierto con el PNV una negociación a vida o muerte para poder aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado. A cambio (ese es el mal trago) el PNV suplirá nada menos que al lendakari en la negociación de nuevos traspasos. De hecho, López apostó incluso por vaticinar un "final feliz" para ese proceso en el que Zapatero se juega la continuidad de la legislatura y el lendakari, por su parte, pone en juego una porción de su imagen pública en beneficio de los nacionalistas vascos.

"Puede haber una negociación buena para todos", sentenció el lendakari, tras reconocer abiertamente que los socialistas vascos entienden "la imperiosa necesidad" de contar con unos presupuestos generales en unos tiempos difíciles y subrayar, además, la disposición del PSE a colaborar en su logro. El ánimo optimista con el que López confesó iniciar el curso no le impidió, sin embargo, dejar dos avisos sobre la mesa. Con el primero reivindicó el papel "vigilante" que va a mantener el PSE en el diálogo de Zapatero con el PNV.

Afirmó, por lo tanto, que seguirá el proceso muy de cerca y con opiniones influyentes para que no ocurra como el año pasado, cuando se enteró a pelota pasada de un acuerdo negociado entre Zapatero y el PNV por el que se vetaba el traspaso de las políticas activas de empleo, prometidas por López para enero de 2010 y que todavía hoy siguen pendientes. El segundo mensaje lo dirigió López al PNV al advertir de que es el Gobierno vasco y no un partido el que firma los acuerdos para el traspaso de competencias y se encarga de materializarlas. Por ello, exigió al PNV que no respondan a su salida del Gobierno vasco poniendo "vetos" en Madrid.

López sabe que se encuentra entre la espada y la pared, pero ayer evitó tensar la situación. De hecho, no dudó al asegurar que se "fía" de lo que haga Zapatero y pasó de largo por las incendiarias declaraciones del dirigente peneuvista Andoni Ortuzar que, para calentar el panorama, vaticinó un fracaso de la negociación sobre las cuentas si las políticas activas de empleo no llegan a Euskadi en los términos en las que las cifra el PNV, es decir, entre 450 y 480 millones.

López, que está escaldado tras un año con esta materia coleando, reconoció que la negociación de su Gobierno con el de Zapatero sobre las políticas de empleo está "muy avanzada", pero "pendiente" de valoración (el último dato era de casi 315 millones).

LUCHA ANTITERRORISTA Por otra parte, el lendakari se felicitó de haber conseguido "acorralar a los violentos" y exigió a la izquierda aberzale que "corte definitivamente el cordón umbilical que le une a ETA" porque será la única manera de que puedan volver a la política.

López avisó también de que el PSE no dará crédito a ninguna nueva oferta de tregua por parte de ETA y ratificó que, tras la pasadas experiencias, solo cabe que la banda confirme su disolución y que entregue las armas.