Buenas intenciones, pero pocos avances. El ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, y su homólogo británico, Jack Straw, celebraron ayer su primer encuentro formal. Ambos se comprometieron a recuperar el diálogo sobre Gibraltar con "espíritu constructivo", aunque admitieron que no se había fijado fechas para iniciar la negociación.

Los dos ministros insistieron en trasladar una impresión de cordialidad en la rueda de prensa. Moratinos explicó que ambos gobiernos seguirán los contactos para resolver el conflicto del Peñón. Y reconoció que, aunque Gibraltar fue uno de los asuntos tratados, no había sido el tema principal de la entrevista.

El ambiente amigable sólo se vio alterado cuando, tras una pregunta de un periodista británico, Straw calificó de "inaceptable" la actitud de España de prohibir la entrada en los puertos españoles a los cruceros de bandera no comunitaria que hayan pasado por Gibraltar. Moratinos quiso restar importancia al caso. Negó que se trate de un "caos", como dijo el periodista, y apuntó que espera que el conflicto se solucione pronto.

Insistió en que España quiere tener con Londres "la relación más privilegiada posible". Y anunció que José Luis Rodríguez Zapatero visitará este país en breve.

En la reunión se abordaron las diferencias sobre la Constitución europea. Asunto sobre el que se mostraron optimistas. Admitieron que existen "pequeños desacuerdos", pero los estimaron "salvables".

Straw apoyó que en el 2005, cuando Reino Unido ocupe la presidencia de turno de la UE, la reunión de la Conferencia Euromediterránea sea en Barcelona.