Ocho presos históricos de ETA, alejados ahora de la organización, han suscrito una carta en la que plantean nuevos "pasos" para construir un proceso de paz en el País Vasco, entre los que destaca la necesidad de "reconocer y reparar" los daños causados a las víctimas del terrorismo.

Entre los firmantes de la misiva, se encuentran históricos integrantes de la banda armada como Carmen Gisasola, Joseba Urrusolo Sistiaga, Kepa Pikabea y Rafael Caride Simón. El resto de suscriptores de la misiva son Andoni Alza Hernández, Koldo Carrasco Aseginolaza, Fernando de Luis Astarloa y Josu García Corporales.

Algunos de estos reclusos mantienen una posición crítica con la dirección de ETA desde hace más de una década, motivo por el que abandonaron la disciplina del colectivo de presos de la organización terrorista, que posteriormente anunció su expulsión de la banda. Los ocho firmantes se refieren al papel de los reclusos en un eventual proceso de paz, que no debe ser el de mantener un "frente de lucha" como "algunos siguen planteando en la izquierda aberzale", sino el de "participar en la reflexión política para el proceso de paz".

"Irreversible proceso de paz"

Tras recordar que llevan "muchos años planteando la necesidad de poner fin a la lucha armada y de avanzar por vías exclusivamente pacíficas y democráticas", este grupo, que firma como "presos comprometidos con el irreversible proceso de paz", explica que han empezado a dar "pasos concretos en ese sentido".

En este camino consideran que hay que plantear el "tema de las víctimas y el reconocimiento-reparación de los daños causados", una cuestión que reconocen "delicada". Pero debemos asumirlo como un acto de reconocimiento de las consecuencias del conflicto, tal y como lo asumieron en los acuerdos de paz de Suráfrica e Irlanda", han añadido.

"Situación muy enconada"

Los ocho reclusos apuestan por "empezar a abrir espacios de entendimiento y acercamiento entre las personas para facilitar una comunicación que ayude a crear un clima favorable a la superación de las heridas creadas por tantos años de conflicto".

El documento critica que "algunos" desde la izquierda aberzale entiendan a los presos como un "frente de lucha" y hablen solo de "amnistía y libertad, como si eso se fuera dar así, tal cual, sin tener en cuenta que se parte de una situación muy enconada" que lleva a que la liberación de los reclusos "pueda alargarse en el tiempo".