Fue la ministra más joven de la historia, la primera que será madre en ejercicio del cargo y también la primera mujer que mandará sobre los ejércitos. Carme Chacón Piqueras (Esplugues del Llobregat, 1971) a los 18 años ya militaba en política, primero en las juventudes del partido y a partir de 1994 en el PSC. Licenciada en Derecho y experta en federalismo, es ordenada y disciplinada. Nunca se sale del guión, sea el escrito por José Luis Rodríguez Zapatero o por José Montilla. Un papel nada fácil, teniendo en cuenta que son discursos que no siempre coinciden.

Ahora, Zapatero la ha premiado con un ministerio de Estado. Va a hacer historia como la primera titular de Defensa, aunque es posible que más de un día se acuerde de que su madre ya la avisó de que ser mujer y de izquierdas es muy duro. Estuvo al lado de Zapatero cuando este era solo un diputado de León que aspiraba a ser secretario general del PSOE. Su incuestionable fidelidad al presidente --fue al primero del partido al que comunicó su embarazo-- incluso es motivo de parodia en programas de humor. En su etapa al frente del Ministerio de Vivienda se ha recorrido España repitiendo que tener piso debe ser un derecho y no un problema social. Y, de paso, recordando que ella, como la mayoría, también paga hipoteca. En la pasada legislatura, entre tanto ajetreo, encontró tiempo para casarse y, además, consiguió hacerlo como quería: en su pueblo, sin cámaras y en familia. Todo un éxito en estos tiempos de indiscreciones televisivas. Lee y compone poesía, se declara "devota" de Pedro Salinas y siempre tiene un cuaderno a mano. Afirma que para ella escribir es una necesidad y que a veces se despierta de madrugada y siente la necesidad de plasmar sus sentimientos.

Colegio de monjas

Estudió en Suiza, Inglaterra y Canadá. Pero cuando se le pregunta si era una privilegiada se apresura a recordar que pudo hacerlo gracias a las becas. Sus antiguas compañeras del colegio de Josep Tous, en el barrio de Sants de Barcelona, seguro que se alegrarán de su nuevo cargo. Guardan mejor recuerdo de ella que las monjas. Rebelde y deportista, destacaba en voleibol y baloncesto. Su agresividad en la cancha le hizo ganarse el apodo de machacón .