Los expertos anti-ETA consultados están casi convencidos de que el objetivo de la banda era matar al escolta Gabriel Giner, a no ser que les fallara la información y pensaran que el concejal Juan Carlos Domingo iba a usar ese día el coche. También puede que fueran erróneos los datos sobre Giner y los etarras pensaran que es policía o guardia civil pero que ejerce de escolta.

En cualquier caso, el atentado ha provocado que los guardaespaldas privados tomen conciencia de que, además de custodiar a su protegido, deben mirar y mucho por su propia seguridad. Hasta ahora muchos no vigilaban sus coches particulares porque no se veían objetivo de ETA, pese a que la Asociación de Escoltas ha cursado varias circulares para transmitirles que los etarras les consideran igual que a policías y guardias civiles. De hecho los especialistas creen que cuando la banda reivindique el ataque argumentará que los escoltas son txakurras (perro en euskera), igual que llaman a los agentes de las fuerzas de seguridad. Gabriel Giner tenía previsto regresar a su ciudad natal, Zaragoza, muy pronto, para trabajar en la seguridad de la Expo 2008, para una empresa privada.