El PP le ha cogido el gusto a los réditos de la actual mayoría conservadora del Tribunal Constitucional (TC). Una situación que se explica en la imposibilidad de que los populares y el PSOE se pongan de acuerdo en los sustitutos de los cuatro magistrados con el mandato caducado desde hace más de tres años, y el que ocupará el puesto de Roberto García-Calvo, fallecido en mayo del 2008.

Esta última vacante la decide el Congreso y las restantes el Senado, que ayer constató que sigue encallado por la negativa de los conservadores a sustituir a uno de sus dos aspirantes propuestos, Enrique López, rechazado por la Cámara alta al no llevar 15 años de ejercicio en el cargo. El PSOE aceptó una prórroga de una semana, pero si no hay cambios avanzó que presentará a sus candidatos y los someterá a votación.