Los barones del PP trataron de utilizar el atentado con el que ETA ha puesto fin a la tregua para pervertir el orden del día de la III Conferencia de Presidentes Autonómicos, que se celebró ayer en el Senado. Los dirigentes conservadores intentaron impedir que el debate se limitara a lo que fijaba el orden del día: los recursos hídricos, la inmigración y la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i). Por eso presentaron una propuesta de resolución que pretendía rectificar la política antiterrorista de José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente se negó argumentando que este debate debe dirimirse en el pleno que el lunes celebrará el Congreso, y recordó que es el primer jefe de Gobierno que acude al Parlamento para explicar su política antiterrorista a petición de la oposición.

No es la primera vez que los barones del PP intentan boicotear una cita como esta. La estrategia acordada esta vez fue presentar un documento en el que condenaban el atentado y expresaban su solidaridad a la familia de los fallecidos. Pero, en el tercer punto, pedía la "rectificación" de la política antiterrorista y el retorno al pacto anti-ETA. En el texto, el PP recuerda que el pacto "está abierto a todos" e impide "cualquier tipo de acuerdo o negociación con ETA".

Al comienzo de la reunión, Zapatero propuso un minuto de silencio como gesto de repulsa. Acto seguido, el riojano Pedro Sanz --como portavoz de los barones populares-- entregó el documento con la propuesta del PP al jefe del Ejecutivo. Zapatero respondió que tomaba nota y que el lugar más adecuado para ese debate del lunes era el Congreso. Solo el balear Jaume Matas tildó el tema de "política estatal" y recomendó no desviar la atención del orden del día.