Mariano Rajoy está haciendo un esfuerzo considerable por acercarse al mundo empresarial y financiero del país y por convencer a sus representantes, en vísperas del debate sobre el estado de la nación y de la negociación de los presupuestos, de que él está dispuesto a alcanzar pactos con el Gobierno y preparado para gobernar si fuera necesario. Ayer, en el Foro Nueva Economía y ante 600 personas del panorama político, económico y periodístico, intentó presentarse como un hombre proclive a los acuerdos pero, al mismo tiempo, avivó la hipótesis de que España está abocada, sin remedio, a un adelanto electoral.

De hecho, el líder conservador admitió ante los presentes que, si se opuso hace semanas al tijeretazo del Gobierno para reducir el déficit fue, además de para rechazar la congelación de las pensiones, para tratar de forzar un adelanto de las generales o una moción de confianza por parte de José Luis Rodríguez Zapatero. "Si el señor Zapatero no hubiera ganado esa votación la del decreto de recortes, que la ganó por un voto, es evidente que tenía dos alternativas: una, convocar elecciones; otra, una moción de confianza para que los españoles supiéramos qué es lo que pretendía hacer hasta el final de la legislatura, y con quién. Cualquiera de esas salidas daría más seguridad y certidumbre que la situación en la que estamos", afirmó Rajoy.

Tras justificarse ante los presentes, con mayor o menor fortuna, su polémica negativa al decreto antidéficit de Zapatero (fue cuestionado dentro y fuera de España), el presidente de los conservadores pasó de nuevo a cultivar su supuesta imagen de político amigo de pactos y de acuerdos para superar la crisis. Eso sí, aprovechó la ocasión para desmentir que esté dispuesto a integrase en un Gobierno de coalición con Zapatero, después de que el diario Abc adelantase unas declaraciones del vicesecretario general del PP, Javier Arenas, en este sentido.

Las palabras de Arenas apostando por un Ejecutivo de socialistas y populares motivaron también una reacción irónica de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega quien, tras el Consejo de Ministros, habló de esa posibilidad. "Parece que el señor Rajoy cree que solo ganará si no se enfrenta con Zapatero en las urnas", espetó, para agregar luego que es "evidente" que no habrá ningún Gobierno de coalición, más allá de "polémicas entre Arenas y Rajoy".

PROPUESTAS ECONOMICAS El caso es que el líder de los populares tiene prisa ahora por dar a conocer sus propuestas económicas a los protagonistas del sector. Por eso, el jueves se reunió a puerta cerrada con un nutrido grupo de expertos y, el próximo martes, participará en la cumbre anual de la American Business Council en Madrid, donde dará otra conferencia. En su cita de ayer con el Foro Nueva Economía, Rajoy abogó por promover una ley de cajas que permita a las entidades de ahorro separar su actividad financiera de la fundacional, sanear sus activos, captar capital privado y despolitizar sus órganos de gobierno.

Asimismo, apostó por llevar el principio de estabilidad presupuestaria a la Constitución --que limita el déficit-- e impulsar una reforma institucional para fijar ámbitos competenciales. En el mercado laboral, el líder popular apoya flexibilizar la negociación colectiva y a reconocer la formación como un derecho de los trabajadores. Y como colofón, reclamó una rebaja selectiva de impuestos. El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, dijo que le gustó lo que escuchó.