El alcalde de Madrid, el popular Alberto Ruiz-Gallardón, recibió ayer la primera reprimenda seria de la dirección del PP por su decisión de subir una docena de tributos municipales, especialmente el impuesto de bienes inmuebles (IBI). Rodrigo Rato, vicepresidente primero del Gobierno y vicesecretario general del PP, advirtió al alcalde madrileño de que "la elevación de impuestos no es el camino para resolver los problemas de presente y de futuro".

La pasada semana, tras anunciar el Ayuntamiento de Madrid este incremento impositivo, sólo la futura presidenta autonómica, Esperanza Aguirre, manifestó su desacuerdo con una decisión que choca con las recetas económicas del PP, basadas en las rebajas fiscales. Tanto el presidente del Gobierno, José María Aznar, como el candidato a la Moncloa, Mariano Rajoy, rehuyeron la polémica escudándose en el respeto a la autonomía del poder local.

Pero ayer Rato, artífice de la política económica de Aznar, aprovechó una reunión con dirigentes del PP para desmarcarse de Gallardón y pedirle que dé cuentas a la ciudadanía.

EL EJEMPLO DE MANZANO

Tras defender la ortodoxia económica del partido --la rebaja de impuestos genera tanto riqueza como empleo y éstos incrementan la recaudación tributaria--, Rato elogió al anterior alcalde, José María Alvarez del Manzano, por atenerse a que "las administraciones públicas están obligadas a dar más por menos".