Cuando todavía falta un mes para que oficialmente empiece la campaña electoral, el presidente y candidato a la reelección, José Luis Rodríguez Zapatero, lanzó ayer una de las propuestas estrella del programa socialista: Subir las pensiones mínimas en 200 euros al mes. Así, aquellos jubilados con cónyuge a su cargo y que ahora cobran unos 650 euros acabarían percibiendo un 30% más hasta llegar a los 850 euros. En el caso de los pensionistas solos esta prestación se incrementaría un 40% hasta alcanzar los 700 euros.

A pesar de los pesimistas augurios económicos de la oposición, Zapatero explicó que este aumento de las pensiones se podrá asumir sin problemas gracias a la buena gestión de su Gobierno y a que la "hucha" de la Seguridad Social es ahora de 52.000 millones de euros. El líder socialista insistió en que su propuesta es "creíble" porque le avala el trabajo de esta legislatura, en la que las pensiones han subido tres veces más que en los ocho años del Ejecutivo del PP.

Recuperando el discurso más tradicional de la izquierda, aseguró que "nadie puede discutir" el esfuerzo por mejorar la calidad de vida de unas generaciones que "lo dieron todo por este país". "Son los pioneros de nuestro desarrollo y bienestar", dijo.

El secretario de organización del PSOE, José Blanco --olvidándose del acuerdo tácito de no utilizar las pensiones como arma electoral--, demostró que hasta las prestaciones para los jubilados sirven para atacar al rival, y más si se trata de criticar al fichaje más destacado, el expresidente de Endesa y número dos de la lista de los populares en Madrid, Manuel Pizarro.