Patxi López y José Luis Rodríguez Zapatero cruzaron ayer todos los gestos y palabras de complicidad que pudieron para demostrar que el pacto PSE-PP ha borrado la distancia que ha separado durante 30 años al Ejecutivo de Vitoria y el de Madrid, sobre todo en la lucha contra ETA. "Somos dos gobiernos y una misma política antiterrorista", fue el eslogan que Zapatero lanzó en la Moncloa.

El jefe del Ejecutivo quiso escenificar esa conexión estratégica compareciendo junto al lendakari en su primera visita a la Moncloa, una señal de cortesía extraordinaria en la visita de un presidente autonómico. Ambos intentaron entregarse el protagonismo mutuamente, aunque ganó Zapatero, que tuvo un día muy obsequioso. "Me siento especialmente orgulloso del lendakari", dijo el presidente del Gobierno. "Me emocioné con su discurso tras el atentado del inspector Eduardo Puelles", aseguró en otro momento. "No solo hay cooperación policial, sino complicidad absoluta", afirmó López, que agradeció a Zapatero "su apuesta por abrir un nuevo tiempo en el País Vasco".

30 AÑOS DE NACIONALISTAS La primera cita institucional de los dos dirigentes duró casi dos horas. La lucha antiterrorista centró el contenido de la reunión, en la que también abordaron la crisis económica y las transferencias pendientes. Más de 100 minutos en los que, según explicó Zapatero, López no le expuso crítica alguna a los partidos vascos, sino sus propuestas para resolver los problemas de los ciudadanos. "Este es un aliciente extraordinario. Por eso digo que es una reunión especial", declaró.

El presidente del Gobierno insistió en que uno de los principales objetivos de la lucha antiterrorista es "eliminar cualquier espacio que los violentos o quienes les apoyan puedan utilizar en las instituciones democráticas". "Una política antiterrorista en la que el liderazgo de Patxi López está siendo fundamental es un cambio cualitativo y determinante", aseguró sin nombrar al PNV, que ha gobernado Euskadi durante 30 años.

El lendakari dijo que su Ejecutivo está volcado en utilizar "todas las herramientas del estado de Derecho para combatir a ETA", deslegitimar su "entramado" y atender a las víctimas. Cumpliendo la misión que se ha asignado de imprimir "normalidad" a la sociedad vasca, Patxi López aseguró que los miembros de su Gobierno participarán en todos los foros multilaterales y de las autonomías. "Nunca más habrá una silla vacía de Euskadi, porque ahí se decide el futuro de España", aseguró.

El lendakari reconoció las consecuencias nefastas que el PSOE está sufriendo en las votaciones en el Congreso y en el Senado por haber expulsado al PNV del Gobierno de Vitoria, y se lo agradeció a Zapatero. También aprovechó para criticar al PP que utilice esos daños colaterales para "complicar la vida" al Ejecutivo en Madrid. De hecho, Mariano Rajoy hace gala en público desde hace unos días de haber roto el "cordón sanitario" que le impedía llegar a acuerdos con los nacionalistas y ya busca el acercamiento a CiU y el PNV.

El que menos preocupado parecía por las consecuencias del pacto PSE-PP y su asignatura obligada de geometría variable fue Zapatero. "Merecen la pena las dificultades --dijo el jefe del Ejecutivo--. Merece tanto la pena que eso sea por tener un lendakari como Patxi López con lo que representa para la democracia, para Euskadi y para España que, sinceramente, no me produce ninguna perturbación".

Preguntado López sobre la propuesta del presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, para formar una mesa de partidos que acabe con el terrorismo, el lendakari afirmó que la fundará si no supone ningún "conflicto". El lendakari Patxi López está a la espera de acabar una ronda de contactos con todas las fuerzas para tomar una decisión.

En el capítulo de la crisis, Zapatero subrayó que hay que abundar en las infraestructuras y en el sector del I+D+I. En este sentido, López aprovechó para lanzar otra andanada a los nacionalistas, a los que, de nuevo sin citarlos, responsabilizó de los retrasos del tramo del Tren de Alta Velocidad en Guipúzcoa.

"VELEIDADES NEGOCIADORAS" José María Aznar, que ocupaba la presidencia del Gobierno cuando se aprobó la Ley de Partidos y se produjo la ilegalización de Batasuna, reivindicó ayer su "protagonismo", así como el de los exministros Angel Acebes y José María Michavila, en esa estrategia de lucha contra el terrorismo que el martes recibió el aval del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El expresidente aseguró que el martes fue "un gran día para España, para Europa y para la libertad", e hizo votos para que, tras la sentencia de Estrasburgo, "nadie vuelva a cometer el error de buscar atajos imposibles en la lucha antiterrorista o de sucumbir a veleidades negociadoras que no conducen a ninguna parte".