La portavoz del Gobierno de La Rioja, Begoña Martínez Arregui, aseguró ayer que el aplazamiento de unos meses del cierre de la planta riojana de Altadis supone "un pequeño paso", que da lugar a una "situación diferente", pero "no se debe caer en el triunfalismo", ya que queda mucho "por hacer".

En la rueda de prensa, Martínez Arregui aludió a la decisión adoptada el jueves por la dirección de Altadis de retrasar al 31 de diciembre de este año el cierre de su fábrica de cigarrillos en La Rioja, prevista inicialmente para el próximo 30 de junio. La dirección de la tabacalera, matiza en un comunicado que el retraso al cese a actividad anunciado se practicará, "siempre y cuando la producción sea, como mínimo, un 70% de los consignado en los planes de producción".

Altadis anunció en enero la reestructuración de sus áreas de finanzas, ventas y producción, previa al cierre previsto para el 30 de junio de 2016 de su planta riojana en Agoncillo, con 471 trabajadores, debido a la caída de ventas de cigarrillos de más del 45% en los últimos cinco años en España.

Martínez transmitió el "reconocimiento" del Gobierno regional hacia la "labor negociadora" desarrollada por las partes, tanto la empresa como los representantes de los trabajadores y valoró que el aplazamiento del cierre anunciado por la empresa es "un gesto que favorece la negociación".

Martínez Arregui subrayó que el objetivo final es lograr la continuidad de la empresa en La Rioja y defender los 471 puestos de trabajo de esta fábrica, por lo que ha prometido "seguir trabajando" en este sentido.

Para ello, el Gobierno riojano continuará con el plan que tiene trazado para lograr el mantenimiento de la planta riojana de Altadis y próximamente se reunirá con los representantes de los trabajadores y con la dirección de la empresa. También tiene previsto nuevos encuentros fuera de España, en el ámbito europeo, principalmente en Londres, donde se ubica la sede de Imperial Tobacco, la multinacional propietaria de Altadis.

EXTREMADURA RESPIRA La decisión de Altadis de retrasar el cierre de la planta de La Rioja hasta finales de año ofrece un pequeño respiro al sector tabaquero extremeño que interpretaba el cierre de esta factoría como una apuesta por la deslocalización de la multinacional en España, lo que ponía en riesgo la actividad de la que viven más de 20.000 personas en el norte de la provincia de Cáceres, donde se concentra el 96% de la producción de tabaco de España. Además, otros 700 empleos dependen de las dos plantas de primera transformación que hay en Navalmoral de la Mata y Talayuela y otra cifra indeterminada, de la red de industrias auxiliares (insecticidas, nematicidas...) ligadas directamente a este cultivo.

Cerrar la factoría de cigarrillos de La Rioja suponía la salida de la multinacional de España, clausurando la última planta de Estas características en suelo Español. La multinacional, que nació de la fusión de la española Tabacalera y la francesa Seita en el año 1999, llegó a contar con una docena de factorías en España (una de ellas en Malpartida de Plasencia, se cerró en 2011) y el cierre de la planta de Agoncillo suponía abandonar de facto el territorio Español y dejaba en el aire cerca de 16.000 toneladas de tabaco de las 32.000 que se producen cada año en Extremadura

COMPROMISO DE COMPRA La multinacional garantizó a los productores extremeños que mantendría el compromiso que había suscrito en 2015 con el Ministerio de Agricultura para comprar tabaco extremeño en las tres cosechas siguientes (hasta 2017), aunque a los agricultores les preocupaba que ese acuerdo no incluye cifras y que el cierre pudiera reducir al mínimo el volumen de compra de la multinacional.

Paralelamente los gobiernos de Extremadura y la Rioja iniciaron conversaciones en un frente común para salvar la planta y la producción extremeña, que atraviesa una situación complicada por el descenso del consumo y unos precios a la baja que penalizan especialmente al tabaco extremeño, a pesar de que su calidad es reconocida. Guillermo Fernández Vara y José Ignacio Ceniceros, se reunieron en Mérida y se comprometieron a trabajar conjuntamente para desarrollar todas las acciones necesarias para evitar el cierre. Mientras el presidente Ceniceros se entrevistó en los días posteriores con el ministro de Industria en funciones, José Manuel Soria, y el de Economía, Luis de Guindos, mientras que Vara se reunía con la ministra de Agricultura en funciones, Isabel García Tejerina, que se ofreció a dar estabilidad al sector tabaquero de la región renovando los convenios plurianuales con las multinacionales para dar tranquilidad a los agricultores.