El tiempo ha hecho mella en la memoria. Algunos de los que fueron protagonistas entonces, buscan hoy en diarios y álbumes los recuerdos extraviados. Era la primera vez, una cita histórica. Pero el trascurso de todo un cuarto de siglo y un proceso electoral tras otro han difuminado los cuadros de costumbre de aquel 8 de mayo de hace hoy 25 años en el que Extremadura, como otras 12 regiones españolas --a excepción de Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco--, celebraba sus primeras elecciones autonómicas.

"Fue como un paseo triunfal", recuerda Antonio Rosa, cuarto cabeza de lista del PSOE por la provincia de Badajoz en aquellos comicios. "Hay que recordar que el 28 de octubre --de 1983, fecha de las primeras elecciones generales ganadas por Felipe González-- supuso la desaparición de UCD y por tanto, esperábamos que las primeras autonómicas supusieran la consolidación del PSOE como fuerza hegemónica en la naciente Asamblea, en las Diputaciones provinciales y en los ayuntamientos", desentierra de los recovecos de su memoria el entonces responsable de UGT, hoy al frente de una consultora en Badajoz.

Aquel domingo amaneció con un sol radiante y unas horas después el Real Madrid perdía la liga en la última jornada en Valencia, mientras que en Bilbao se preparaban para procesionar en gabarra a Javier Clemente, que lograba su primer título como técnico del Athletic. Además, el debate entre proabortistas y antiabortistas estaba abierto, en los juzgados se ultimaba el proceso judicial para la expropiación de Rumasa a Ruiz Mateos y el Estado Mayor de la Defensa perfilaba la implantación del servicio militar femenino.

"Fue una época de gran ilusión, con una visión casi utópica de lo que nos esperaba y lo que podíamos hacer. Todos creíamos que de ahí iba a salir algo nuevo", relata vagamente Pedro Cañada, entonces ya líder de Extremadura Unida (EU). "La gente estaba muy movilizada y tenía unas reacciones bastante espontáneas. En mi caso, las primeras veces que fuí en campaña a mi pueblo me recibieron con tamboril y música".

"Eramos ricos de espíritu"

"Sí, fue una época de mucha ilusión. Porque éramos pobres de todo, pero muy ricos de espíritu", apunta María del Pilar Barrantes, candidata a la Asamblea por el PSOE en Cáceres y una de las tres mujeres que salieron como diputadas electas de aquella jornada electoral --junto a su compañera de partido María Jesús López y Marcelina Elviro, entonces de Extremadura Unida y ahora concejala socialista en el ayuntamiento de Cáceres--.

Y en ese clima entusiasta afrontaron la campaña electoral. "Muchas veces en situaciones precarias. Los coches en los que viajábamos de pueblo en pueblo tenían todo tipo de achaques y a veces teníamos que pasar las noches por ahí", narra Barrientos, mientras que Juan Manuel Mariño, cabeza de lista de Alianza Popular por la provincia de Cáceres, apunta: "Dábamos muchos palos de ciego, aunque teníamos la experiencia de las elecciones generales. Muchas veces ibas a un acto público que tenías convocado a las 8 de la tarde en algún pueblo y cuando llegabas no había nada organizado". En su caso, ahora con 84 años y retirado totalmente de la política, recuerda especialmente los problemas que tuvieron para financiar todo el proceso electoral: "Nadie queríamos saber nada de AP, incluso abrimos una cuenta con otro nombre para aportaciones particulares y, aún así, tuvimos que poner dinero de nuestro bolsillo".

Los actos electorales carecían del sofisticado márketing que los engalana ahora. No había patrullas de periodistas siguiendo a los líderes, pero sí ganchos para atraer el público. Una de las estrategias era invitar a grupos de música. Así, por ejemplo, Antonio Rosa recuerda sus intervenciones intercaladas con actuaciones de La Caita o Cándido de Quintana. Tampoco faltaban líderes nacionales en los mítines, como el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Osorio, que cerró la campaña de AP en Cáceres.

Miedo a la abstención

La jornada electoral de aquel 8 de marzo se inicio bajo el temor de las autoridades a que se produjese una elevada abstención. No por hastío o desinterés, sino por el buen tiempo y el riesgo de que los votantes prefiriesen pasar el día en el campo. Según las crónicas del diario regional que hoy leen --y que entonces era periódico local de Cáceres--, a mediodía tan solo habían votado 15.000 de los casi 313.000 cacereños censados en toda la provincia. Por la tarde la afluencia a los colegios aumentó y, al final de la jornada, el índice de participación terminó superando el 72%.Los colegios apenas registraron incidentes. De hecho, "de aquel día no guardo ningún recuerdo especial, porque transcurrió con absoluta normalidad y porque se cumplieron nuestras expectativas", apunta Antonio Rosa. Sí se evacuaron algunas consultas a las juntas electorales por la alegría con la que algún candidato pregonaba, a mediodía, que ya sabía que iban ganando. Las autoridades consideraron que aquello era propaganda y cerraron la delegación.

Además, las elecciones autonómicas coincidieron con las locales, lo que dejó alguna situación curiosa, como en Higuera, donde el Partido Comunista (PCE) retiró su candidatura municipal y no hubo comicios locales. Quizás por ello, los vecinos se mostraron poco madrugadores a la hora de pasar por las urnas: ninguno de ellos había acudido a votar para los elecciones autonómicas a primera hora de la tarde.

Resultados de madrugada

Tras el cierre de los colegios comenzó el goteo de información con los primeros avances. Sin embargo, para conocer cómo iba la situación en las elecciones a la Asamblea hubo que esperar hasta la 1.40 de la madrugada. En ese momento, con el recuento del 75% de los sufragios, la victoria socialista ya estaba sobre la mesa, seguido de la coalición entre Alianza Popular, Partido Demócrata Popular y Unión Libera (AP-PDP-UL), y con los primeros escaños para Extremadura Unida y PCE. "Con los primeros resultados, la dirección del PCE se reunió en Zaragoza y uno de los temas que trataron fue el éxito que estábamos teniendo nosotros. Pensábamos que no íbamos a sacar un solo diputado y conseguimos seis", recuerda Pedro Cañada, al que llamaron inmediatamente para que se desplazara a Mérida: un equipo de TVE, entonces el único canal de televisión, se había desplazado a la capital para seguir la noche electoral y quería una entrevista.

Apenas una hora después el recuento había finalizado. El PSOE ganó los primeros comicios autonómicos con el 53% de los votos, con lo que lograba la mayoría absoluta en la futura Asamblea de Extremadura, aún por constituir, con 35 parlamentarios. Los otros 30 escaños quedaron repartidos entre la alianza AP-PDP-UL (20 diputados), EU (6) y el PC (4). "Lógicamente la alegría nos embargó al ir conociendo los resultados, aunque seguramente no fuimos en aquel momento conscientes de la extraordinaria responsabilidad que los ciudadanos extremeños depositaron en nosotros. Las preocupaciones vinieron después al reflexionar sobre la ingente labor que nos aguardaba y los escasos medios con que contábamos para desarrollarla", reflexiona hoy Antonio Rosa, 25 años después de aquella cita histórica para la España de las autonomías.