La carga de trabajo exigible al estudiante se medirá de otra forma. Si ahora el crédito, la unidad de tiempo que se emplea para certificar el aprovechamiento de una materia, equivale a 10 horas de asistencia a clase, en el futuro los créditos europeos (denominados ECTS) serán de 25 o 30 horas y dentro de esa franja horaria se computará el tiempo invertido en el estudio, las tutorías, los seminarios y el trabajo en grupo. Las clases magistrales coexistirán con otros modelos de aprendizaje. En principio, la exigencia de presencia será mayor.