Un deslizamiento en una pared de la mina, presuntamente originado a raíz de las intensas lluvias caídas en la zona durante los primeros días del mes, ha encendido las alarmas en Aguablanca, la única explotación minera de la región dedicada a la extracción de níquel y cobre. La compañía propietaria, Lundin Mining Corporation, ha explicado a través de un comunicado que las "abundantes lluvias caídas en los últimos días en Extremadura han causado que las operaciones se hayan reducido. Y asociadas a esas precipitaciones, se ha registrado una significativa fisura en la cuesta de la pared suroeste de la corta, afectando a la principal rampa de acceso". La multinacional avisa de que la decisión sobre la continuidad de las operaciones a corto plazo dependerá de una investigación técnica y deja abierta la posibilidad de realizar un paro temporal de las extracciones mineras para buscar soluciones --como el desplazamiento de la rampa--.

Mining Corporation ha comunicado la situación a los representantes de los 350 trabajadores de la mina. Según Jesús Ferrero, presidente del comité de Río Narcea, una de las empresas que trabaja en la explotación, ya antes de las lluvias se contemplaba un posible parón para extraer el material estéril --restos minerales no aprovechables--. Sería a principios de año y duraría un mes. También afirma que además del estudio técnico y el posible parón, la compañía les ha notificado que han solicitado permiso para ampliar la escombrera de la mina.