La organización ecologista Greenpeace ha pedido hoy al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con motivo de la celebración de la cumbre ibérica, que programe el cierre de la Central Nuclear de Almaraz, "cuya seguridad preocupa enormemente a la población portuguesa".

Greenpace señala que tanto el Parlamento portugués como su Gobierno reclamaron su participación en la decisión del Gobierno español sobre el permiso para que la central de Almaraz construya un almacén de residuos nucleares, aunque tras la interposición de una queja ante la Comisión Europea, ambos gobiernos llegaron a un acuerdo.

Añade que España remitió una serie de informes "con numerosas lagunas sobre la seguridad del almacén", pese a lo que el Gobierno portugués "se dio por satisfecho".

Esta organización asegura que una serie de documentos confidenciales del Gobierno portugués, que Greenpeace ha podido ver, demuestran que el Ejecutivo de Antonio Costa es consciente de que la información remitida por España "no evalúa los riesgos de un posible accidente y dejan claro que el objetivo del almacén es ampliar la licencia de explotación de la central".

"El Gobierno portugués no debería aceptar que no hay riesgos para la seguridad sin analizar la posibilidad de un accidente grave, ni admitir este almacén nuclear sabiendo que sirve para ampliar la licencia de Almaraz", ha declarado Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.

Recuerda que la central nuclear de Almaraz tiene de plazo hasta la semana que viene para solicitar o no la ampliación de su licencia, "pero el Gobierno se ha prestado a modificar la normativa para que las empresas propietarias puedan posponer este trámite", lo que incumpliría los plazos mínimos establecidos para ello por el Consejo de Seguridad Nuclear.

Greenpeace recuerda que el derecho internacional permite que el Estado portugués sea escuchado en este tema, además de que existen ya precedentes de casos similares respecto a plantas nucleares en otros países.

La organización ecologista pide a ambos mandatarios que aprovechen en este encuentro para avanzar conjuntamente hacia un modelo energético peninsular 100 por ciento renovable, que beneficiaría tanto a la sociedad portuguesa como la española y repercutiría en la creación de empleo en ambos lados de la frontera.