La presidenta del Foro de la Industria Nuclear, María Teresa Domínguez, mostró ayer su confianza en que el Gobierno renueve la autorización de la central de Garoña (Burgos), cuyo cierre, advirtió, encarecería la factura de la luz. Domínguez insistió en que, si se quiere cumplir el objetivo de tener un mix energético en 2030 con un tercio de la energía de origen fósil, otro de renovables y el último de nuclear, es necesario que España mantenga todos los reactores en funcionamiento y se desarrollen 11.000 megavatios nucleares adicionales, lo que supondría la construcción de entre 7 y 10 nuevos reactores.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, compareció el lunes en el Senado, donde defendió que la energía nuclear tiene que tener también su peso en el "mix energético" del país, si no se quiere encarecer "indebidamente" el coste de la energía, perdiendo competitividad en el tejido productivo y causando más costes para los ciudadanos. Por ello abogó por mantener la aportación de las centrales nucleares y no cerrar la planta de Santa María de Garoña, que produce pero entre 3.500 y 4.000 gigavatios hora, "tanto como todo el fotovoltaico instalado en España", pero con la diferencia de que la producción cuesta un 20% por ciento menos.