La Consejería de Industria, Energía y Medio Ambiente ha rechazado dos centrales eléctricas termosolares en la zona de Navalvillar de Pela, muy próximas a la finca donde ha autorizado las dos del grupo estadounidense Florida Power. La negativa se basa en el impacto de estos proyectos sobre las aves migratorias, especialmente las grullas, y los cultivos de regadío. La organización ecologista SEO-Birdlife, que había alegado contra estos proyectos, anunció ayer esta decisión, publicada el 9 de junio en el Diario Oficial de Extremadura (DOE), y solicitó que se desautoricen también los otros dos proyectos que sí cuentan con el visto bueno de la Administración regional.

Las instalaciones denegadas ahora son dos termosolares, llamadas San Isidro y El Chaparral, con una potencia instalada de 50 megavatios y promovidas por la empresa Solaris 2006 SL, con sede en Madrid. Ambas están en el entorno de Navalvillar de Pela, al igual que los proyectos Termosol I y Termosol II, promovidos por Florida Power, en colaboración con un socio minoritario denominado Casas de Hitos, propietario de la finca del mismo nombre donde se ubicarían las dos plantas.

Estas dos últimas fueron sometidas a información pública en septiembre del 2008, obteniendo una declaración favorable de impacto ambiental en diciembre de ese año y la autorización administrativa en abril del siguiente. Ello a pesar de las más de 200 alegaciones de diferentes personas e instituciones (incluidos los grupos ecologistas SEO-Birdlife y Adenex) que recibieron estos dos proyectos, según recoge la resolución en que logra el visto bueno medioambiental, con una serie de condiciones complementarias para minimizar sus efectos, especialmente sobre las aves migratorias que frecuentan esa zona.

Hay que tener en cuenta que el punto donde se pretenden construir estas dos termosolares constituye el mayor dormidero de grullas del país, con más de 11.000 ejemplares censados. Para compensar los perjuicios que estos proyectos les producirán, el Gobierno regional obligará al promotor a tomar medidas como "un programa de alimentación suplementaria para la avifaunia", "mejora de hábitats esteparios" o "medidas de gestión agroambiental".

MOTIVOS DE RECHAZO En cambio, los proyectos de Solaris, de similares características técnicas (en cuanto a potencia instalada, son iguales) no han logrado el permiso regional. Las resoluciones en las que se les deniega la autorización administrativa se basan en diferentes criterios, centrados en la incompatibilidad con el regadío en el caso de la planta San Isidro y en la afección medioambiental en la de El Chaparral.

Para Marcelino Cardalliaguet, delegado de SEO-Birdlife en Extremadura (organización que ha alegado contra todos estos proyectos, por considerar que no deben ubicarse en una zona de tan elevado valor ambiental y ornitológico), ambas razones de rechazo podrían aplicarse también en el caso de los proyectos Termosol I y II. Estos, asegura, se encuentran a apenas cinco kilómetros de los rechazados ahora y perjudicarán en gran medida a la principal zona de grullas del país, en la que también tienen gran presencia otras aves y especies animales.

Cardalliaguet añade incluso que "las centrales no autorizadas ahora habrían tenido un impacto ambiental significativo, pero en comparación mucho menor que las de Casas de Hitos (Termosol I y II)". De hecho, esta organización ha presentado una queja ante la Comisión Europea y un recurso contencioso-administrativo contra la decisión de permitir la construcción de estas plantas que, por su parte, se está retrasando, ya que los promotores habían anunciado a la Administración local el inicio de las obras para octubre del año pasado y esta, de momento, no ha comenzado.