El público llenó las calles, abarrotó las plazas, colapsó las terrazas, desbordó los itinerarios procesionales... Miles de personas arroparon ayer el comienzo de la Semana Santa cacereña, declarada de Interés Turístico Nacional, que inició su programa penitencial con tres procesiones por las calles del casco viejo. Los cofrades se vieron sorprendidos por la gran cantidad de cacereños y turistas alineados en largas hileras para presenciar los desfiles, pero también por la cantidad de hermanos que respondieron a su llamamiento.

Hasta tres turnos de carga sacó el paso Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén , conocido popularmente como La Burrina , acompañado de un cortejo de 400 cofrades con palmas rizadas importadas de Elche desde el año 1946, y nuevas capelinas de terciopelo morado. Abrió la procesión la banda romana de la cofradía de los Ramos, organizadora de este primer desfile, seguida del paso, un grupo escultórico diseñado por el imaginero Jaime Martrús y adquirido en el año 1946 a la casa catalana Bayroda, que ayer salió restaurado. Llevaba una laboriosa ornamentación de claveles, gladiolos y palmas.

Tras él, la banda de la Cofradía del Santo Sepulcro de Bolaños de Calatrava (Ciudad Real), con un centenar de miembros que han animado el centro de la ciudad durante los dos últimos días, invitados por Caja Extremadura.

MIRANDO AL CIELO Por la tarde los ojos se fueron al cielo. La amenaza de lluvia aumentaba a medida que se acercaba la hora de la cofradía del Nazareno, la más antigua de Cáceres (1464). Finalmente el cortejo salió de Santiago con una de las grandes novedades de esta Semana Santa: la Virgen de la Misericordia , cotitular de la hermandad, estrenó andas de plata de estilo renacentista realizadas en el taller sevillano de orfebrería andaluza de Manuel de los Ríos. Aunque el peso se alivia con una nueva estructura interna de aluminio y madera de barco, esta imagen, su largo palio de terciopelo negro, sus varales de plata y sus andas alcanzan los 1.500 kilos, a hombros de cincuenta cofrades.

El amplio cortejo enfiló un nuevo recorrido más largo. Las bandas de las Batallas y el Nazareno escoltaron el primer paso, El Señor camino del Calvario , una composición de la Caída y la Verónica ornamentada con lirios y brezo. Detrás, La Misericordia , imagen tallada en 1927 por los talleres de Hijos de José Rius de Barcelona, que también estrenó faroles plateados junto a su estandarte. Le acompañó la Banda de la Diputación Provincial.

A las nueve de la noche salió de la concatedral la tercera procesión, El Señor de las penas , a hombros de la cofradía del Cristo del Amor. Más de treinta hermanos llevaron por uno de los recorridos penitenciales más duros a este Ecce Homo de cuatro siglos de antigüedad, obra del escultor vallisoletano Pedro de la Cuadra, que representa a Jesús flajelado y befado por los sayones. La imagen desfiló entre lirios, cañas, búcaros encendidos e incienso de romero, escoltada por la banda del Amor y la Banda Municipal. El itinerario no concluyó en el templo de San José, sino que volvió a Santa María, de donde saldrá para la procesión magna del viernes.

Unos 300 hermanos formaron el cortejo con riguroso voto de silencio, todos con indumentaria hebrea, blanca y nazarena, zapatillas de esparto y un recogimiento ejemplar. Y aunque también miraban al cielo, la lluvia no impidió su recorrido.