El número de contratos laborales que implican que una persona residente en la región tenga que desplazarse a trabajar fuera de ella prácticamente duplica a la cifra de aquellos que suponen que alguien de otra comunidad venga a trabajar a Extremadura. De acuerdo a la última edición del estudio Datos básicos de movilidad, elaborado por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en el 2015 se formalizaron un total de 622.630 contratos laborales en la comunidad autónoma, de los que 30.512 (un 4,9%) correspondieron a empleados con domicilio en otras autonomías. Además, hubo otros 57.368 registrados en otras autonomías para residentes en Extremadura. Se trata, en cualquier caso, de datos referidos al número de contratos, no de personas. De hecho, cada una de ellas puede haber firmado varios contratos a lo largo del año, tanto que exijan cambiar de región como en su propio territorio de origen.

Otro aspecto a tener en cuenta es que comenzar a trabajar en otra provincia no quiere decir necesariamente que se sea un emigrante, ya que el desplazamiento puede ser temporal o permanente. Con frecuencia, incluso, lo que se hace es viajar a diario desde el domicilio hasta el lugar de trabajo. También quedan fuera de esta estadística los desplazamientos por motivo laboral de los autónomos.

Saldo negativo /

Extremadura fue una de las once autonomías con balance negativo en el 2015 (con 26.856 contratos más de salida que de entrada), si bien, de todas ellas, fue la única que experimentó una disminución de este saldo en comparación al ejercicio anterior. Esta caída se debió fundamentalmente al crecimiento registrado en los contratos de entrada, que aumentaron en mayor medida que los de salida (29,6% frente a 13,5%).

Así las cosas, la tasa de movilidad en la región, que mide el peso de los contratos con movilidad sobre el total de los que afectan a cada territorio, se situó el año pasado en el 6,91%, ligeramente mayor al 6,35% del año anterior. La tasa de salida (8,8%) fue sensiblemente superior a la de entrada (4,9%).

Los principales destinos de los flujos laborales con origen en la región durante el 2015 fueron tres: Andalucía, Madrid y Castilla-La Mancha. Entre las dos primeras concentraron más de la mitad de los contratos (15.478 y 15.153, respectivamente). Por contra, Extremadura únicamente aparece como destino de peso en un caso, el de Andalucía, con 14.369 contratos, si bien ocupando el sexto lugar.

En cuanto a la movilidad interprovincial (aquí se tendrían en cuenta también los desplazamientos entre las dos provincias extremeñas), la tasa es superior en la provincia de Cáceres, que roza el 14%, por un 7,7% de la de Badajoz. En relación a esta última, resulta especialmente llamativo el crecimiento que experimenta el número de contratos de entrada, que sube un 31,7% respecto al 2014. Cada una de las dos provincias extremeñas ocupa el primer lugar como destino laboral de la otra. Y también en ambas Madrid figura en segunda posición.

Por sectores, agricultura y servicios copan la mayor parte de la movilidad laboral en la comunidad autónoma tanto en los contratos de entrada como en los de salida. No obstante, en el caso del sector primario, ambos flujos quedan prácticamente compensados, algo que no ocurre en el caso de los servicios, sector que en Badajoz tiene un saldo negativo de 11.384 contratos y en Cáceres de 7.647.

Entre los trabajadores que se desplazan hay un claro predominio de hombres. Si se toman como referencia los tres principales destinos laborales de la región, la proporción de hombres es del 67,2% en Andalucía, del 59,3% en Madrid y del 62,9% en Castilla-La Mancha. También tienen especial relevancia los menores de 30 años, con un 41,9%, 48,8% y 42,3%, respectivamente. Con todo, indica el estudio, los trabajadores menores de 30 años continuaron durante el 2015 perdiendo presencia entre los que se desplazan. Protagonizaron uno de cada tres contratos en España cuando a principios de siglo superaban la mitad de ellos.

Igualmente alta es la presencia de extranjeros, con un 26% de los contratos suscritos y una tasa de movilidad muy superior a la media (del 30,3% en Badajoz y del 27,7% en Cáceres). Su protagonismo llega a ser mucho mayor en los desplazamientos a Castilla-La Mancha (64,9%) o Andalucía (41,4%).