Apenas dos mes después de su puesta en libertad en el campo extremeño, muere K2, uno de los ocho linces ibéricos que han sido reintroducidos este verano en la región dentro del programa Life+Iberlince de Extremadura. Su cadáver ha sido hallado por los técnicos del proyecto que le siguen la pista a este y al resto de felinos, que no pisaban el bosque extremeño desde hacía 30 años, y ha sido trasladado al Centro de Análisis y Diagnóstico de la Fauna Silvestre (CAD) de la Junta de Andalucía, en Málaga. Allí se le practicará la necropsia para poder determinar las causas de su fallecimiento, que ayer se desconocían, según fuentes de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía.

K2 era un macho, radio-marcado, que fue puesto en libertad el pasado mes de junio en la zona del Valle de Matachel, donde fue encontrado muerto, una circunstancia que se contempla en el proyecto de reintroducción de este animal que se está llevando a cabo en varias comunidades del país y de Portugal. Este proyecto, denominado Life-Iberlince, persigue que los linces se establezcan en estas comunidades participantes en el programa y creen poblaciones estables, conectadas entre sí, algo que ya se ha conseguido en zonas de Andalucía, donde han fallecido en el último año 20 linces, principalmente por atropellos. "Las enfermedades, la competencia intraespecífica, problemas de adaptación al medio o escasa disponibilidad de alimento", son otros factores que se contemplan como amenazas para el lince dentro del proyecto de reintroducción.

Mientras se averiguan las causas de la muerte de K2, los siete felinos que siguen su vida en libertad en la región están explorando los territorios aledaños al cercado de su suelta y se están adaptando perfectamente a su nuevo entorno, según Iberlince. Todos los ejemplares van provistos de un collar-GPS que posibilita su localización diaria y poder comprobar in situ su buena forma física.