Unas 800 ovejas de 5 explotaciones extremeñas murieron y otras 2.000 aproximadamente enfermaron tras recibir las vacunas Polibascol 9 y Multibascol 8 , de los laboratorios Schering y Key Pharma, respectivamente, tres de cuyos lotes se encontraban en mal estado.

En toda España, el número de animales afectados ronda los 40.000, de los que 14.000 murieron. El problema se produjo entre julio y octubre del pasado año, pero ha sido ahora cuando algunos de los ganaderos afectados se han unido para presentar una querella contra los laboratorios, al considerar que tenían conocimiento de que las vacunas eran defectuosas desde agosto, pero no lo advirtieron hasta finales de octubre.

Los medicamentos causantes de la infección masiva se utilizan para prevenir la enterotoxemia --más conocida como basquilla--. Según un veterinario consultado por EL PERIODICO, una de las cepas incluidas en la vacuna no había sido inactivada, con lo que los animales desarrollaron un edema maligno. Además del coste que ha supuesto la pérdida de las ovejas que murieron (unos 165 euros por animal), los ganaderos tuvieron que pagar costosos tratamientos al resto, que supusieron gastos de casi 50 euros por oveja.

Según informó la Dirección General de Producción Agraria, tras recibirse la alerta nacional se inmovilizaron cautelarmente estas vacunas en los establecimientos, para su posterior retirada. En total, se detectaron 240 viales de 250 centímetros cúbicos en 17 puntos de venta de la región.

Por otro lado, desde UPA se ha señalado que algunos ganaderos ya han llegado a acuerdos con los laboratorios. EL PERIODICO intentó sin éxito conocer la versión de Schering, que ya ha retirado esta vacuna del mercado.