Más de 20 años de prisión es la pena que fiscal y acusación, ejercida por la Junta de Extremadura, solicitan para una pareja acusada de torturar a una niña de 10 años. El caso, sin precedentes en la región según los letrados que actúan en el proceso, fue juzgado ayer en la Audiencia Provincial de Cáceres.

A los procesados --la madre de la pequeña y su compañero-- se les acusa de tres delitos: lesiones, detención ilegal y maltrato en el ámbito familiar. Por éstos, las penas solicitadas para la madre --con una eximente incompleta por su retraso mental-- ascienden a seis años y seis meses de prisión; y para su compañero --al que se pide la aplicación de un agravante por abuso de superioridad--, 14 años de prisión.

Además, solicitan para ambos una orden de alejamiento de la menor y 6.000 euros de indemnización. Las defensas de los acusados pidieron la absolución.

15 DIAS DE SUFRIMIENTO "Nunca antes habían sucedido unos hechos tan graves y tremendos en esta región", aseguraron algunos de los letrados tras el juicio. En éste, los forenses revelaron la magnitud del caso, al declarar que tras ser rescatada la pequeña presentaba heridas y hematomas, "de muy diversa índole y causadas por muy diferentes objetos", en el 80% de su cuerpo.

Y es que entre el 15 y el 30 de agosto del 2002 la víctima de este caso sufrió una "crueldad infinita". Fue golpeada, quemada con cigarrillos, atada, encerrada en un patio e, incluso, estuvo privada de comida y bebida.

Estos hechos sucedieron en el domicilio que Pilar C. L. y Jesús S. C. compartían en Miajadas, donde la pequeña y un hermano dos años mayor que ella --ambos acogidos en un centro de menores de la Junta, que tiene su tutela-- habían ido de vacaciones.

Tanto la niña como su hermano aseguraron en el juicio que lo hizo el acusado, así como también que la madre no hizo nada para impedirlo. El procesado lo negó, pero la madre ratificó lo declarado por los niños y dijo que ella no pudo evitarlo porque él amenazó con matarla a ella y a sus hijos, incluido el bebé que tuvo con el acusado.

El director y un educador del centro de la Junta, alertados por trabajadoras sociales de Miajadas, rescataron a la niña el 30 de agosto. "Logramos entrar en la casa y la encontramos encerrada en el patio, en estado de shock y deshidratada", declararon.