La Asociación de Fruticultores de Extremadura (Afruex) informó ayer, en una nota de prensa, de la grave crisis que sufre el sector a causa de los bajos precios que cobran los agricultores por la fruta fresca que, no obstante, continúan siendo excesivos para los consumidores. Afruex advierte que si la situación continúa así, puede provocar la disminución del poder adquisitivo de los agricultores y la pérdida de mano de obra, ya que en ocasiones no es rentable la recolección y manipulado de la fruta.

Desde la asociación fruticultora no se ha cuantificado, de momento, a cuánto pueden ascender las pérdidas porque, según explica su gerente, Miguel Angel Gómez, "es muy difícil hacer esta valoración ya que estamos en plena campaña". Hasta ahora lo que se ha detectado es la falta de salida de la fruta, que permanece en las cámaras con riesgo de estropearse e impidiendo que se pueda seguir recogiendo. Para Gómez, actualmente lo más importante es dar a conocer esta difícil coyuntura "que puede perjudicar a unas mil familias, de forma directa".

Afruex señala, entre otros factores, la sobreproducción de fruta en Europa, las diferencias entre los precios de campo y los que paga el consumidor y las actuaciones ilegales de algunos productores de ciertos países de la UE vetando la entrada de fruta de otros países miembros, como las causas de esta situación crítica.

Por su parte, Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE Extremadura, destaca principalmente un problema "estructural", la diferencia entre el precio que cobran los agricultores y el precio que pagan los consumidores. Según el responsable de esta organización, tal subida no está justificada porque entre el campo y el supermercado, no hay costes de manipulación ni transformación, es decir, sólo hay que añadir los de distribución.

Para Huertas es inadmisible que "la fruta se esté convirtiendo en un artículo de lujo, siendo un bien de primera necesidad". Este es el principal motivo, en opinión del secretario de UPA-UCE, de que los agricultores estén sufriendo pérdidas, ya que provoca la disminución de la demanda mientras que los que de verdad salen beneficiados son "los que están en los despachos".