Hecha la ley, hecha la trampa. A priori, la ley de igualdad aprobada esta semana busca la paridad entre hombres y mujeres en las corporaciones locales de los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes, pero hay truco, un truco que puede suponer que baje el porcentaje total de concejalas en estos ayuntamientos, que ahora está en el 33%, sin que nadie pueda reclamar que se vulnera la norma.

En primer lugar, en la ley no figura que sea necesaria la paridad, entendida como 50% de representantes para cada sexo, sino que marca que cada sexo tendrá un mínimo del 40% y un máximo del 60%. En principio, el cálculo parece sencillo: si de los más de 600 ediles que tienen los 40 ayuntamientos extremeños de más de 5.000 habitantes, ahora hay un 33% de mujeres, poco más de 200, tendrían que incorporarse alrededor de 70 u 80 concejalas, no ya para que hubiese paridad, sino para alcanzar el mínimo del 40% de representantes femeninas.

Aquí vendría el segundo matiz. La ley no establece las denominadas ´listas cremallera´, esto es, hombres en puestos impares y mujeres en puestos pares, o viceversa. Lo que dice la norma es que en cada tramo de cinco personas que configuren la lista debe haber un mínimo de dos mujeres y dos hombres, y el puesto que queda puede ser para un hombre o una mujer.

¿Dónde estaría el truco? Si un partido pone hombres en los tres primeros puestos de cada tramo de cinco elegibles y mujeres en los dos restantes (hombres en los puestos 1º, 2º y 3º y mujeres en los puestos 4º y 5º) cumpliría la ley, pero muy bien podría no alcanzarse el mínimo del 40% de concejalas. Por ejemplo, si un partido utiliza este sistema y saca tres ediles, los tres son hombres (100%), si saca ocho, habría seis hombres y dos mujeres (66% hombres y 33% mujeres), si saca 13 habría nueve hombres y cuatro mujeres (70% hombres y 30% mujeres),... Tomando la situación actual de los ayuntamientos extremeños afectados por la ley, el uso de este sistema permitiría no sólo no aumentar el número de concejalas, sino restar 23 mujeres en las corporaciones locales sin vulnerar la norma, quedando la representación femenina por debajo del 30%.

Así, el PSOE --donde ahora las mujeres son el 38% de los ediles-- podría quedar con 20 concejalas menos y su lugar sería ocupado por hombres, el PP (31% de concejalas) podría quitar una, e IU, donde ahora el porcentaje de mujeres en los ayuntamientos apenas llega al 14% podría incluso tener tres menos sin incumplir la ley. Sólo los independientes, que ahora tienen un 20% de concejalas tendrían que sumar, aunque con una mujer más les bastaría.

Corporaciones como las de Calamonte, Mérida o Moraleja podrían restar hasta cuatro concejalas con este sistema. Así, el consistorio calamonteño, que ahora tiene seis mujeres sobre 13 ediles (46%), quedaría con dos concejalas (15%). ¿Cómo? El PSOE cumpliría la norma pasando de las cuatro concejalas que tiene ahora sobre siete ediles, a sólo dos. El PP tiene tres representantes, de ellos dos mujeres, y podría ir sin ninguna e IU, que tiene tres ediles --ninguna mujer-- seguiría igual.

En cuanto a Mérida, ahora tiene 12 mujeres en una corporación de 25 miembros (48%). Si el grupo mayoritario(PP), que tiene seis mujeres entre sus 13 ediles, colocase a las mujeres en los últimos dos puestos de cada tramo de cinco podría seguir la ley con dos concejalas menos. Igual ocurre con el PSOE, que tiene seis hombres y seis mujeres entre sus doce representantes, y que podría quedar con ocho hombres y dos mujeres. De este modo, habría ocho concejalas en la corporación, lo que representa el 32%.

Finalmente, el Ayuntamiento de Moraleja, que ahora en teoría vulneraría la ley por tener demasiadas mujeres (61%) también podría tener cuatro menos. Aquí, el PSOE cuenta con cuatro mujeres sobre un total de siete representantes, y podría hacer que el número de concejalas fuera de dos. El PP tiene tres mujeres entre sus cinco representantes, y podría restar una, y los independientes, con sólo una representante, podrían sustituirla por un hombre sin violar la norma.

En el lado opuesto, el ayuntamiento cacereño, con truco o sin él, sí se vería obligado a incorporar tres mujeres. Ahora la proporción es de cinco mujeres y 20 hombres (20% de concejalas). El PSOE, que tiene tres mujeres de once representantes tendría que incorporar una. El PP, que tiene dos mujeres en un grupo de 13, tendría que incorporar dos. En ese caso, la paridad quedaría en ocho mujeres y 17 hombres, con un porcentaje de concejalas del 32%.