La organización agraria UPA-UCE presentará la próxima semana una denuncia ante el Jurado de Defensa de la Competencia para que investigue si hay empresas que están vendiendo aceite de oliva a pérdidas y si, por tanto, existe competencia desleal. Este colectivo lamentó ayer la caída de precios que se está produciendo en este artículo y que, a su juicio, está llevando al sector del olivar tradicional a una situación muy grave. Aseguran que esta disminución en los precios se registra desde el mes de diciembre y se debe al "abuso" de la "posición dominante" que las grandes distribuidoras tienen sobre el sector productor, lo que les permite que estén empleando este producto como gancho en sus ofertas.

El secretario general de UPA-UCE, Ignacio Huertas, explicó ayer que la organización tiene "más que sospechas" de que las distribuidoras están poniendo un precio más barato al aceite aunque esto les suponga una pérdida. Por todo esto, ha adelantado que UPA-UCE y numerosas cooperativas celebrarán el próximo día 18 de mayo una tractorada en Monterrubio de la Serena, una de las zonas productoras más importantes, para protestar por la situación y reclamar medidas de apoyo.

Huertas añadió también que han llegado a esta conclusión tras analizar que esta bajada no se produce ni por la producción, ni por las existencias. En primer lugar, recordó que las estimaciones indican que se han producido en esta campaña un total de 1.040.000 de toneladas de aceite, lo que significa un 14% menos de producción que en la campaña pasada. Igualmente, desde el punto de vista de las existencias, considera que tampoco hay datos que justifiquen esta caída de precios, porque a nivel nacional, a fecha de 28 de febrero, hay unas existencias de 924.000 toneladas, que son un 7% menos que el año pasado.

Asimismo, Huertas mostró su preocupación por que la gran distribución está empezando a plantar olivar superintensivo a través de sociedades interpuestas, lo cual "condicionará el mercado" en los próximos años.

Esta realidad "está poniendo en jaque" al olivar tradicional, ya que este tipo de cultivo se da en unas zonas de baja producción y mantiene unos costes más altos, lo que repercute en el precio, que se incrementan.

Al respecto, también señaló que el aceite de este tipo de olivo es de mayor calidad, pero esto "no preocupa" a la distribución. Lo que ésta quiere es un "producto barato aunque tenga una menor calidad para tenerlo en el mercado". El secretario general de UPA-UCE destacó que esta situación puede provocar "la desaparición de una parte muy importante del olivar", al tiempo que agregó que en Extremadura, el olivar es el cultivo "más importante, que más empleo genera y del que vive mucha gente". En concreto, recordó que en la comunidad hay 250.000 hectáreas de olivar y que solamente en la producción se generan más de 800.000 jornales al año. Además, existen un total de 137 almazaras en la región, lo que supone unos 400 puestos de trabajo fijos al año, y 1.300 eventuales. "Todo esto corre un serio riesgo de desaparecer", concluyó.