Alcanzar la fama y el éxito a los 25 años es algo difícil de engullir. Más aún cuando se tiene dos hijos, a la prensa en contra y a los fans alicaídos. En esta difícil situación se encuentra Britney Spears, que ayer entonó un espiritual mea culpa a través de su página web (en la foto), en el que da las gracias a sus seguidores "por sus oraciones" y asegura sentirse "bendecida" por el hecho de que "os preocupéis tanto por mí".

Junto a una sensual foto en la que aparece con largos guantes blancos y mirada gamberra --estampa algo arriesgada si uno quiere limpiar su nombre--, Spears lanza un grito a "la necesidad continua de inspirar a otros" y promete rezar por los que creen en ella. Esta nota llega curiosamente el mes en el que la cantante regresa a los escenarios tras una crisis.