Miss Gibraltar, Kaiane Aldorino, recibió ayer en la ciudad surafricana de Johannesburgo la corona que la acredita como la nueva reina de la belleza. Pero no fue un título exento de polémica, por el alto precio que la ciudad de Johannesburgo ha pagado por el certamen.

La deslumbrante gala de la 59 edición del concurso --al que aspiraban 112 candidatas-- se celebró en el Centro de Convenciones Gallagher. Tras el tradicional desfile de las 16 finalistas, Aldorino recibió además el premio Miss Belleza Playera, y la mexicana Perla Beltrán Acosta y la surafricana Tatum Keshwar fueron primera y segunda dama de honor. En el concurso, Johannesburgo ha gastado 90 millones de rand (más de 8 millones de euros). El desembolso coincide con la reducción del presupuesto anual del municipio por la crisis.

Fue el semanario Mail & Guardian el que destapó ese escándalo y otro más: el vínculo de Miss Indonesia, Kerenina Sunny Halim, con La Familia Internacional, controvertido culto de corte integrista evangélico involucrado en supuestos actos de pederastia.