La crema del mundo de la moda se reunió ayer en la Iglesia de Saint Roch, en el corazón de París, para despedir al príncipe de la alta costura: Yves Saint Laurent. La voz de María Callas --su cantante favorita-- y el perfume del jazmín y de los ramos de flor de lis --evocación de su elegancia aristocrática-- presidieron el funeral del modisto, muerto el pasado domingo a los 71 años víctima de un cáncer cerebral.

En el exterior, un millar de personas siguieron a través de una pantalla gigante una ceremonia que contó con los emocionados tributos de Catherine Deneuve, amiga y musa del creador, y del hombre que fue su compañero y socio durante 50 años, Pierre Bergé. Al lado de este, la madre del maestro, Lucienne, de 95 años, cuya elegancia e influencia han sido cruciales en la carrera de Saint Laurent.

Ante el féretro, en primera línea, se encontraba también el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni, que fue una de las modelos favoritas de Saint Laurent. Farah Diba tampoco faltó a la cita para decir adiós al hombre que diseñó su traje de boda, pieza maestra que lanzó la carrera del modisto. Y los grandes nombres de la moda: Christian Lacroix, John Galliano, Vivienne Westwood, Valentino, Jean Paul Gaultier, Stefano Pilati --actual director artístico de la marca YSL--, Hubert de Givenchy, Kenzo Takaba, Sonia Rykiel... La lista era inacabable. Y la de las modelos que trabajaron con él, entre las que destacaban Laetitia Casta e Ines de la Fresagne.

RARO ENCUENTRO El funeral de Saint Laurent fue una de las rarísimas ocasiones en las que se ha podido ver juntos bajo un mismo techo a los dos principales empresarios del lujo y rivales acérrimos: François Pinault, patrón del grupo PPR, que incluye la marca Yves Saint Laurent, y Bernard Arnault, presidente de LVMH (Louis Vuitton, Dior, Séphora...). Entre las celebridades presentes figuraba el filósofo Bernard-Henri Levy y su esposa, la artista Arielle Dombasle.

"El ha cambiado la costura a través de su arte, dando a las mujeres y a los hombres otra visión rodeada de ternura, en una reciprocidad real", subrayó Bergé, con quien Saint Laurent --nacido en Orán (Argelia)-- fundó su firma en 1961, cuando contaba 25 años. Pese a su timidez patológica, su carácter depresivo y su adicción a las drogas, Saint Laurent se mantuvo en la cresta de la ola durante 40 años. En el 2004, se retiró de la escena con un gran desfile en el Centro Pompidou. Dos años después nació su fundación, en su primer local de la calle Marceau.

Las cenizas del modisto que a los 21 años sucedió a Christian Dior serán esparcidas en los jardines de su mansión de Marraquech, la casa que perteneció al pintor Jacques Majorelle. Saint Laurent y Bergé la compraron en los años 80 e hicieron de ella su refugio.