Difícil lo tiene el exjugador de fútbol americano O. J. Simpson para librarse por segunda vez de la cárcel. Trece años después de salir impune en el juicio por el asesinato de su exesposa, un tribunal de Las Vegas lo declaró ayer culpable de 12 cargos de asalto, secuestro y robo a mano armada. La sentencia, que se conocerá como máximo dentro de un mes, podría llevarle a prisión con cadena perpetua

En este nuevo proceso, Simpson, de 61 años, no ha estado solo. La misma suerte correrá su socio Clarence Stewart, de 54, declarado también culpable de los mismos cargos por el atraco a mano armada a dos vendedores de artículos deportivos de colección en Las Vegas, en septiembre del 2007.

Después de tres semanas de juicio, en el que testificaron una veintena de personas, el jurado deliberó durante más de 12 horas y emitió su veredicto, que fue retransmitido en directo.

EL ROBO EN LAS VEGAS La investigación determinó que el 13 de septiembre del 2007, Simpson y cinco acompañantes irrumpieron armados en una habitación del Hotel y Casino Palace Station, en Las Vegas, y se apropiaron de miles de dólares y varios objetos de coleccionista, entre ellos, algunos firmados por el exjugador y otros que este consideraba suyos. El robo fue denunciado por un vendedor de estos artículos, Bruce Fremong, que durante el juicio reconoció que había concertado una entrevista con un comprador. Sin embargo, dijo, apareció Simpson, que le reclamó objetos supuestamente de su propiedad.

Pero la defensa del exjugador dijo que Simpson fue al hotel para recuperar las pertenencias que le habían robado y desconocía que sus acompañantes fueran armados. Por cierto, estos cómplices se declararon culpables de cargos menores y accedieron a testificar contra él.

Simpson, que estuvo tranquilo durante todo el juicio, se mostró ayer emocionado --y aún más su hermana Carmelita Durio, que cayó desmayada-- durante la lectura del veredicto. Una actitud que contrasta con la que mantuvo hace exactamente 13 años, cuando recibió con grandes muestras de exaltación y regocijo el veredicto de inocencia por el asesinato de su exmujer Nicole Brown y su amigo Ronald Goldman. Ambos fueron hallados muertos en casa de ella y Simpson, detenido y acusado del asesinato.

JUICIO MULTITUDINARIO Fue uno de los juicios más seguidos de la historia de EEUU. Su difusión permanente atrajo la atención de la mitad de la población. Simpson fue declarado inocente pero su imagen pública quedó dañada y su carrera como actor, completamente arruinada. Además, puso en duda la imparcialidad de la policía, por su investigación, del sistema de jurados --el que absolvió al exjugador era de mayoría negra-- y sacó a la superficie el racismo aún latente en EEUU (el acusado era negro y las dos víctimas, blancas). Su abogado, Yale Galanter, considera que es una revancha por el juicio anterior y apelará.