El príncipe Enrique de Inglaterra ha sido interrogado por la policía como sospechoso, en relación con la muerte de dos aves de presa protegidas en un parque natural, según informa hoy "The Guardian". Enrique fue interrogado junto a su amigo William van Cutsem y un guardabosques del parque de Sandrigham, agrega el periódico.

A pesar de la exhaustiva investigación policial, dice "The Guardian", ninguno de los tres pudo ser acusado formalmente porque no aparecieron los cadáveres de los dos halcones de una especie en peligro de extinción. Los tres sospechosos negaron tener nada que ver con el incidente aunque se sabe que alguien disparó desde unos terrenos propiedad de la Reina.

Según el periódico, que cita a la Fiscalía de la Corona, alguien eliminó los cadáveres, algo que ocurre normalmente en ese tipo de casos, lo que ha enfurecido a los conservacionistas. Un portavoz de la Sociedad Real para la Protección de las Aves, que está bajo al mecenazgo de la Reino, declaró a la prensa su convicción de que "se cometió un delito". "Nos preocupa, aunque no nos sorprende, que no se encontraran pruebas", señaló el portavoz.

Según personas relacionadas con el parque natural de Sandringham, el príncipe Enrique, tercero en la línea de sucesión al trono, y sus dos compañeros eran las únicas personas que estaban cazando patos y palomas ese día.

Matar ilegalmente dos aves de presa protegidas conlleva una pena de cárcel de seis meses o multa de 5.000 libras (7.200 euros).