El tío de Pascal Henry, Jean Briffod, en una entrevista ofrecida a este diario, asegura que "tenía la intuición" de que su sobrino "estaba en Ginebra", la ciudad en la que residía y en la que, finalmente, fue localizado. Tres días después de haberse hecho público el paradero del gurmet desaparecido y hallado en la ciudad del lago Leman, este sigue sin ponerse en contacto con su tío, la persona que puso la denuncia de su ausencia desde el pasado 18 de junio, cuando huyó sin abonar la cuenta de 230 euros, la del menú degustación del restaurante El Bulli de Roses (Girona). El único pariente del gurmet que se ha preocupado por su paradero se queja de que la policía suiza ni siquiera se ha tomado la molestia de comunicarle que poco después de la desaparición de su sobrino, este había sacado dinero de un cajero automático en la ciudad suiza. "Debieron pensar que no era importante mostrarme las imágenes de la cámara de vigilancia del cajero. Nada. Creo que como no me necesitaban, sencillamente me ignoraron". La sospecha de que Henry se escondía en Ginebra no le ha evitado sobresaltos a Briffod. "Cuando el pasado jueves alguien me llamó para darme la falsa noticia de que lo habían encontrado en España, pensé que me iban a anunciar su muerte y creí que me desmayaba. Pero lo que importa ahora es que regrese". Para su tío, lo mejor que puede hacer Henry es ponerse en contacto con él, algo que mejoraría su estado de ánimo porque "debe de sentirse muy mal". Hasta el momento y sin nada que imputarle al gurmet --la deuda contraída con Ferran Adrià es apenas un delito de hurto y el restaurador no ha puesto denuncia alguna--, la policía ni siquiera se ha puesto en contacto con él.

Según su tío, toda esta bola de nieve informativa retrasará el encuentro final entre ambos.