Al menos 21 civiles, incluidos mujeres y niños, han muerto en un bombardeo aéreo de las fuerzas de la OTAN en el distrito de Sangin, situado en la provincia sureña afgana de Helmand, aseguró hoy a Efe una fuente oficial. El ataque tuvo lugar ayer, cuando aviones de la Alianza Atlántica bombardearon una zona residencial en la que supuestamente se escondían insurgentes talibanes, informó el gobernador de Helmand, Assadullah Wafa.

"Unos 21 civiles, incluidos mujeres y niños, murieron en el ataque aéreo a última hora de ayer", afirmó Wafa. Más de 40 civiles perdieron la vida a finales de abril en otro bombardeo de las tropas de la OTAN en la provincia de Herat (oeste), según las autoridades afganas, que criticaron duramente la operación.

Aunque Wafa dijo que la operación estuvo a cargo de la Alianza, un portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF, siglas en inglés) señaló a Efe que la ofensiva fue realizada por fuerzas estadounidenses que no están bajo mando de la OTAN. Un destacado portavoz talibán, Qari Mohammad Yousif Ahmadi, también culpó a las fuerzas aéreas estadounidenses del bombardeo en el área de Garmawa, en el conflictivo distrito de Sangin, y añadió por su parte que causó la muerte de 50 civiles.

"Cientos de casas han sido destruidas y más de 50 civiles han muerto", señala el líder insurgente en un comunicado colgado en la página web de los talibanes. En el mismo distrito de Sangin, un militar norteamericano murió ayer cuando patrullaba con soldados del Ejército afgano y los insurgentes abrieron fuego contra ellos, según un comunicado de la comandancia estadounidense.

Aunque el comunicado no aclara si se trata del mismo ataque que el que ha causado la muerte de 21 civiles, la comandancia norteamericana niega que haya civiles afganos muertos o heridos. Las fuerzas afganas y de la OTAN recuperaron recientemente el centro del distrito de Sangin, que estaba ocupado por los talibanes, en una operación para hacer retroceder de la zona a los insurgentes.

En la sureña provincia de Helmand está en marcha desde inicio de la primavera la llamada "Operación Aquiles", en la que participan unos 5.500 militares afganos y de la OTAN, con el objetivo de expulsar a los rebeldes del área.