El presidente alemán, el democristiano (CDU) Horst Köhler, disolvió ayer el Parlamento (Bundestag ) y, como se esperaba, convocó elecciones anticipadas para el 18 de septiembre. Köhler aceptó así el camino propuesto por el canciller alemán, el socialdemócrata (SPD) Gerhard Schröder, quien el pasado 1 de julio presentó una moción de confianza con la intención de perderla, para forzar la realización de elecciones anticipadas.

Köhler dijo que "Alemania se encuentra en una situación difícil, sin precedentes", con "millones de desempleados", y "necesita un Gobierno estable". Para el presidente, está claro que el Gobierno actual "no cuenta con el necesario respaldo" del Parlamento. Añadió que se ha entrevistado con destacados expertos y representantes de todos los sectores, y que ha "llegado a la conclusión de que la mejor manera de servir al pueblo en este momento es dejar que éste decida", afirmó Köhler.

El canciller alemán dijo que se alegraba del paso dado por el presidente, y resaltó que su objetivo al solicitar la moción de confianza fue "que los alemanes decidan el rumbo del país, y ahora tienen la oportunidad". Schröder señaló que se presentará como candidato del SPD, y que trabajará con todas sus fuerzas "convencido" de que las reformas que ha impulsado "son correctas y necesarias para modernizar la economía manteniendo un equilibrio social".

MEDIDA CONSTITUCIONAL El presidente del Bundestag , Wolfgang Thierse (SPD), notificó la disolución a los grupos parlamentarios. Thierse resaltó que el paso dado por el presidente "se ajusta claramente a la Constitución", en un intento de restar fuerza a la intención de aquéllos que desean recurrir ante el Tribunal Constitucional para impedir las nuevas elecciones. Se trata, en concreto, del diputado Werner Schulz, del partido Los Verdes, y de Jelena Hoffmann, del SPD.