Seis soldados estadounidenses de las fuerzas de la OTAN en Afganistán (ISAF) y dos del Ejército afgano murieron el viernes en una emboscada de los talibanes en Nuristán, en el noreste del país, en uno de los incidentes más sangrientos contra las fuerzas extranjeras desplegadas en Afganistán desde el derrocamiento del régimen islamista, hace seis años. Este ataque tuvo lugar tres días después de la masacre perpetrada por un suicida en Baghlan, que causó 79 muertos --entre ellos 59 niños--, según datos del último recuento hecho, la peor matanza que ha sufrido estepaís desde la caída de los talibanes.

En la provincia de Kunduz, un kamikaze talibán intentó perpetrar un ataque contra un convoy de soldados alemanes de la OTAN, pero hizo explotar la carga antes de alcanzar el objetivo, cuando fue interceptado por la policía.