Dos personas murieron y una decena resultaron heridas ayer a causa de la explosión de una bomba casera cerca de una playa del balneario de Sochi, en el mar negro (Cáucaso ruso). Este atentado coincidió con una escalada de tensión en la vecina Osetia del Sur, cuyas autoridades acusaron a Georgia de lanzar nuevos ataques en territorio de esa región, que quiere convertirse en parte de la Federación Rusa a pesar de las protestas de Tiflis.

La explosión tuvo lugar en Sochi a las 10.30 hora local (8.30, en España) en las inmediaciones de un café que da a la playa municipal, que estaba llena de gente. Una mujer que se dirigía a la playa recogió un paquete de plástico que alguien había dejado en el suelo. Se disponía a abrirlo cuando un explosivo no identificado detonó. La mujer, de 21 años, que era ucraniana, y su acompañante ruso, de 32 años, murieron en el acto. Diez personas que se encontraban cerca fueron hospitalizadas con diversas heridas.

La de ayer fue la quinta de una serie de explosiones de paquetes bomba que sacuden Sochi en los últimos cuatro meses y que se han cobrado ya cuatro vidas.

La hipótesis más verosímil es que esa oleada de atentados es una venganza de las fuerzas nacionalistas de Georgia por el apoyo del Kremlin a las dos repúblicas separatistas georgianas, Abjasia y Osetia del Sur. Tiflis y Moscú se responsabilizaron ayer mutuamente de la escalada de combates, con bajas, en Osetia del Sur en los últimos días. El Ministerio de Exteriores de Georgia denunció que el régimen separatista ataca las aldeas y a las tropas georgianas para "frustrar el diálogo directo". El presidente georgiano, Mijail Saakashvili, ordenó a sus fuerzas un alto el fuego y llamó a todos los implicados a reanudar negociaciones. Además, las autoridades de Osetia del Sur denunciaron que las tropas abrieron "intenso fuego" con morteros, ametralladoras y lanzagranadas contra la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali, y la localidad de Jetagúrovo.